Centroamérica

A principios de octubre arrancó, desde Honduras, una nueva caravana de migrantes hacia Estados Unidos. En ocasiones anteriores, estas no lograban superar las 500 personas y, en medio del arduo camino, la ‘mancha’ de gente en las carreteras se desvanecía en historias individuales que se fundían en cifras y olvido. Pero en esta ocasión, debido al amplio cubrimiento que medios locales e internacionales dieron a la nueva caravana, y al uso de nuevas tecnologías, como Whatsapp y Messenger, para difundir información sobre la misma, los arriesgados fueron muchos más.