historia

Del 11 al 15 de agosto

A pesar de las innumerables investigaciones, versiones noveladas, coloquios, encuentros, libros de testimonio, informes desclasificados y cientos de cuartillas producidas al rededor del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y los acontecimientos que sucedieron en Bogotá durante las cinco horas posteriores, los autores intelectuales del magnicidio no aparecen, como tampoco los responsables de los cientos de muertos, ni la verdadera dimensión del impacto de los incendios sobre la ciudad, entre otros interrogantes.

En el helicóptero que despegó desde la pista de la Escuela Mecánica de la Marina (ESMA) iban silenciosos, con los ojos vendados y las manos espo- sadas, los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics. No les habían dicho su destino, pero si hubieran podido recordar las prácticas de los militares de arrojar a sus prisioneros desde los helicópteros al mar, a la incertidum- bre habrían agregado el pavor.

“La persona que sale en Bogotá sin sombrero, se presume que va a hacer un mandado”, decía Emilio. Para ese entonces la elegancia primaba en las calles y como las normas de etiqueta antiguas eran tan estrictas, los vestidos de los hombres debían combinar con el color de su sombrero.

 

Lounge chair: el buen gusto hecho sillón

Francia tiene varios emperadores pero ningún Bolívar; muchas mujeres bellas, pero ninguna Miss Universo inolvidable; muchos santos en el altar, pero ninguna santa con el carisma de la madre Teresa de Calcuta. Juana de Arco, sin embargo, mezcla un poco de todo: heroína, guerrera, casta muchacha, símbolo de la nacionalidad, ejemplo de valor, modista extravagante… Personaje capaz de inspirar poemas, novelas, biografías, películas y hasta cómics, Juana ocupa lugar primordial en el corazón de los franceses.