E.E.U.U.

Cuando el líder comunista Günter Schabowski dijo ante las cámaras de televisión que, desde ese momento, se permitirían los viajes desde Alemania Oriental hacia el extranjero, no cayó en la cuenta de su imprudencia. Eran las 6:15 de la tarde del 9 de noviembre y, en cuestión de minutos, los focos se centraron en un solo punto: una mole de 3,6 metros de alto que dividía al mundo entre comunismo y capitalismo.