Edición 323

A las cuatro y media llegué al auditorio y ya estaban allí dos chicas con las cuales nos saludamos efusivamente. Después de revisar sonido y demás, a eso de las seis y veinte, salí a echar un vistazo y la fila le daba la vuelta al auditorio (…) No saben lo que uno siente al otro lado”.