Todos los conciertos de Beethoven.

Como era sordo como una tapia se comunicaba a través de cuadernos que en su inmensa mayoría fueron destruidos después de su muerte por su acucioso secretario, pues contenían el testimonio de que era un hombre de carne y hueso, con debilidades y preocupaciones cotidianas, mal patrón hasta llegar al maltrato físico de sus empleadas domésticas, amigo de los chistes flojos, temible cocinero y desaseado hasta lo intolerable.