Entrevista a Nereo

Las muertes prematuras de su padre, cuando tenía cinco años, y de su madre, a los once, lo marcaron para siempre. Pero no le arrebataron el placer por la vida ni la curiosidad por el mundo. Desde muy joven incursionó en los ritos amatorios, pero no resistió el tedio de tres matrimonios fallidos, que contrarrestó con otros amores y nuevas conquistas frustradas. Cayó en las tentaciones de la concupiscencia y la rumba, luchó por sobrevivir y miró con desdén la marrullería de los políticos.