Silvia Parra

Llorando, una adolescente le contaba a su padre que su novio había cambiado el estatus en Facebook, había suprimido buena parte de las fotos de Instagram y hasta la había dejado de seguir en Twitter. El padre, inmutado, aunque había escuchado hablar de las redes sociales, no entendía la magnitud de la situación y por qué afectaba tanto a la muchacha. Era el momento que él tanto esperaba para tener una conversación íntima con su hija y compartir sus sabios consejos de padre. El resultado… catastrófico.

Para muchos de nosotros las cuentas en redes sociales ―como Facebook o Twitter― se han vuelto más importantes que las cuentas de correo electrónico. Así que cuando un perfil de una red social, blog, página web o correo electrónico cae en manos de algún temible hacker todos nos preguntamos: ¿realmente nuestra información está a salvo? 

En la última década han surgido intentos de regular el acceso e internet en diferentes partes del mundo, pero las discusiones trascendieron poco hasta la presentación del proyecto SOPA (Stop Online Piracy) y la ley PIPA (Protect IP Act) en Estados Unidos. Y aunque se detuvieron los intentos de aprobación de esas iniciativas legislativas, sus principios están siendo incorporados en nuevos proyectos.