Retrato hablado

En una época en la que reinan las cirugías, las dietas y la búsqueda de la fórmula de la eterna juventud, brilla una mujer que para muchos hace tiempo debería haberse jubilado: Daphne Selfe, una británica que no le teme a los efectos de la gravedad, ni a los rastros del paso del tiempo, toda una señora que luce con orgullo cada una de sus arrugas, hasta dejar en claro que la belleza es una actitud que sobrepasa los cánones preestablecidos.

Hasta hace poco el nombre de Laurene Powell se escuchaba entre los medios de comunicación como la esposa del cofundador y exdirector ejecutivo de Apple inc, Steve Jobs. Hoy, esta mujer de 50 años es reconocida por su entrega a las causas sociales, a la lucha por una reforma migratoria y porque, al parecer, se ha vuelto a enamorar.

Cuando el primer día de este año se escuchó en el corazón de Nueva York, una de las ciudades más emblemáticas de Estados Unidos, al nuevo alcalde dirigirse a sus conciudadanos en español, nadie se sorprendió: “De parte de Chirlane, Chiara y Dante y yo (Bill de Blasio) les extiendo las gracias a ustedes, mis hermanas y hermanos neoyorquinos, por acompañarnos en este día tan especial, gracias”, fueron sus palabras.

 

Woody Allen ganó sus dos primeros Óscar un lunes de 1978. Durante la transmisión, los televidentes y los invitados al teatro en Los Ángeles se quedaron esperando las palabras del director de Annie Hall que decidió no asistir porque prefirió ir a tocar el clarinete.

El señor y la señora Smith

De todos conocido

“¡Vamos a cambiar el mundo!”

Kate Moss debe su éxito a la capacidad de la industria de la moda de irse cada cierto tiempo contra sí misma. Una industria que acoge con igual entusiasmo los brillos clásicos de un Yves St. Laurent y los andrajos asimétricos de un John Galliano. Que lleva a la cima del deseo a mujeres con piernas kilométricas y andar de fiera liberada, como Naomi Campbell o Linda Evangelista, y a muchachitas esmirriadas y despeinadas, como Kate Moss o Adriana Lima.

¿Existió?