Chocó

 

*Artículo publicado en la edición impresa de mayo de 2022.

EN CONDOTO le dicen “líneas” a las chivas. Pero son la misma cosa: esos vehículos que, aunque vetustos y aparatosos, no se apabullan con golpe alguno en las trochas que serpentean, húmedas o pedregosas, por toda Colombia. Tampoco se desaniman con las maromas que tengan que hacer para encaramarse en donde sea, y tienen otro atractivo: los años les confieren una presencia digna de retrato.

Cuando era niña Josefina Klinger no podía imaginar cómo era Colombia. Como no había televisión, su realidad era únicamente la selva de Nuquí, el municipio en el que nació hace 52 años. Define su infancia como ‘trastornada’. Josefina es fruto de una relación extramatrimonial entre un hombre casado y una mujer más joven que él. En su memoria está el mar, los patios y la escuela, en donde las monjas le pedían recitar poemas religiosos. Si le hablaron de Colombia, no lo recuerda. Lo que sí la marcó fue la construcción del aeropuerto de su municipio a punta de minga.

En el Chocó de los últimos años, donde el despojo de tierras, las masacres y desplazamientos forzados irrumpieron en la vida de las comunidades rurales, los santos se han convertido simbólicamente en importantes mediadores y agentes de denuncia.

 

Bogotá
16 al 25 de octubre
Casa del Valle
Calle 34 Nº 5-50
Chocó
Del 23 al 25 de octubre
Entrada libre

Para el joven cineasta Jhonny Hendrix Hinestroza ―quien escribió el guion con Alfonso Acosta y coprodujo con Maritza Rincón―, Chocó es su primer proyecto cinematográfico en solitario. Hasta ahora el resultado ha sido mejor de lo que esperaba.