Archivo Particular
7 de Septiembre de 2017
Por:
Mauricio Romero

Después de permanecer en la sombra durante muchos años, el disco de acetato ha revivido. ¿Por qué una tecnología antigua terminó ganándole la partida al CD?

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Volvió el vinilo

Con el advenimiento del disco compacto (CD) a principios de los ochenta, la industria del disco de vinilo comenzó a desaparecer y quedó prácticamente en el olvido durante casi tres décadas.

La promesa de una gran calidad de audio, menor espacio de almacenamiento en la biblioteca y facilidad de reproducción fueron algunos de los aspectos que en principio ayudaron a que la industria de la música digital en CD se disparara, en detrimento del muy apreciado LP (la sigla de long play, o larga duración), que ofrecía un promedio de seis canciones por cada lado.

No obstante, algunos románticos mantuvieron viva su afición por el vinilo, entre otras razones porque –según ellos– el sonido seguía siendo mejor, con más ‘calor’ (probablemente en referencia a un mayor rango entre sonidos altos y bajos) que el del ‘frío’ CD; porque el arte de las carátulas de los álbumes también contribuía al disfrute y al ritual de escuchar música en acetato, e incluso porque extrañaban el ‘scratch’, ese sonido de la aguja contra los surcos del disco.

En la actualidad, esas razones y otras, como que hay cierto respeto por el productor de la obra cuando se escucha un disco completo, en el orden de las pistas en el cual fue concebido –dada la mayor dificultad de saltarse canciones, por no levantar el brazo del tocadiscos– contribuyen a un renacimiento del disco en acetato.

Otro argumento a favor del vinilo es su permanencia física. Si se le cuida bien, limpia con delicadeza y mantiene lejos del alcance de los rayos del sol, podría durar incluso más que la música almacenada en un CD, que también es proclive a degradarse.

Desde el punto de vista del mercado, si bien el acetato o vinilo sigue siendo un producto de nicho, en 2016 fue el formato musical de mayor crecimiento en ventas, con un 53 por ciento, el más alto de los últimos 25 años.

Un reporte del diario británico The Guardian indica que el año pasado se vendieron 3,2 millones de acetatos nuevos, el mejor resultado desde 1991, cuando Simply Red lanzó en ese formato su álbum Stars, que fue el más vendido. La cifra del 2016 supera en más de 10 veces los 205.000 acetatos que se vendieron en 2007, cuando la industria daba señales de querer revivir.

Al vinilo también lo ha ayudado, paradójicamente, la muerte de artistas icónicos, entre ellos David Bowie. El británico, fallecido a los 69 años, fue el que más vendió acetatos en 2016 gracias a Blackstar, su último disco, lanzado pocos días antes de su muerte. Para encontrar el segundo más vendido de Bowie hay que remontarse a 1972, cuando publicó el LP The rise and fall of ziggy stardust.

También les ha ido bien a discos de George Michael, Prince, Amy Winehouse y Michael Jackson, quien sigue moviendo mercado ocho años después de su muerte.

Las nuevas generaciones, como los milennials (entre 18 y 35 años de edad, aproximadamente), que no crecieron durante la ‘cultura’ del acetato, sienten curiosidad por este formato por lo que les cuentan sus mayores. En consecuencia, se han convertido en compradores no solo de discos sino de los tornamesas, que se conectan a cualquier sistema de amplificación de sonido, ya sea mediante Bluetooth, audio digital, analógico o USB.

 

Una “nueva” línea de negocios

Quizás por eso, después de 28 años de haberla suspendido, la japonesa Sony Music Entertainment anunció que reiniciará la producción de discos de vinilo. El “nuevo” formato tendrá la ventaja de cautivar audiencias jóvenes y ‘veteranas’. La iniciativa de Sony de retomar una línea de negocios, que abandonó en 1989 por las presiones del mercado de la música en CD, obedece a los buenos augurios de firmas consultoras como Deloitte, que pronostican para el 2017 un crecimiento de dos dígitos, por séptimo año consecutivo, con ventas de 40 millones de vinilos en todo el planeta e ingresos por casi mil millones de dólares.

Este movimiento se presenta a pesar de que la música en formato digital por suscripción y directamente de internet, un modelo conocido como streaming, domina el mercado actual, con más del 50 por ciento de participación, y que tiene exponentes como Spotify, Deezer y Google Play Music.

Eso sí, las ventas de música en CD vienen retrocediendo desde hace años, con una caída de casi el 12 por ciento en 2016, respecto del año inmediatamente anterior. En Estados Unidos las unidades de CD vendidas pasaron, de más de 100 millones, a 50 millones en el mismo periodo, y una tendencia similar se apreció en el Reino Unido y otros países de Europa.

Así las cosas, dentro de poco los aficionados a los vinilos podrían tener producciones ‘recién salidas del horno’ de artistas como Adele, Beyoncé y Daft Punk, que pertenecen al sello Sony Music, al aprovechar que la participación en el mercado musical global de los discos en acetato podría dispararse al 18 por ciento este año, nada mal para un segmento que se considera ‘de nicho’, pero que pronto podría dejar de serlo. 

 

*Publicado en la edición impresa de agosto de 2017.