Fotografía | Gustavo Martínez
23 de Enero de 2019
Por:
Redacción Credencial

Hace 16 años, María Elvira Pombo dejó el mundo de las finanzas y se convirtió en terapeuta con ángeles. Lo que al principio fue su búsqueda personal la llevó a publicar seis libros que han resultado de suma utilidad para quienes buscan respuestas en el plano espiritual. El más reciente de estos, Misión felicidad, enseña a aprovechar cada momento de la vida para ser feliz.

“Todo lo que vives es una pista que te acerca a tus sueños”

María Elvira Pombo llevaba un buen tiempo sentada en una librería en espera de que algo pasara. Había pensado: “si ustedes verdaderamente existen, quiero que me caiga un libro en las piernas”. María Elvira, la administradora de empresas, la que había conseguido trabajar en la multinacional financiera de sus sueños, la analítica, estaba poniendo a prueba a los ángeles, a sus ángeles. A los mismos que desde hacía un tiempo estaba estudiando, impulsada por las dudas que generan las crisis; a esos que, pasados 40 minutos, le respondieron cuando un bebé, en brazos de su madre, empujó de una estantería la Guía Divina, de Doreen Virtue, que cayó directo a sus piernas y que le cambió la vida.

 

“Quería ser presidenta de banco en Nueva York. Todo iba muy bien, mis evaluaciones eran buenísimas, pero de repente me cambiaron al jefe. Él y yo no nos entendimos. Empezamos a tener roces, ya no disfrutaba mi trabajo”, recuerda María Elvira, quien reconoce que resistió el cambio y se empeñó, durante tres largos años, en continuar en la compañía, aun a sabiendas de que no se sentía bien. Ver cómo su sueño se iba a ‘pique’ la cuestionó, por lo que decidió cambiar el ‘chip’ y ensayar algo nuevo.

 

Su mamá –psicóloga de profesión y quien llevaba más de diez años meditando– la invitó a probar sus técnicas de relajación, y fue ahí cuando el camino de María Elvira comenzó a ‘girar’. Hizo cursos de meditación y sanación, también leyó mucho y, eso sí, no dejó su trabajo en el banco hasta el día de la librería. El libro que le cayó en las piernas la inspiró tanto que viajó a Estados Unidos a conocer a la autora y se preparó como terapeuta en ángeles.

 

“Pensé ‘esto no puede seguir así’. Durante tres años hice cursos de espiritualidad y le pedí a los ángeles que me guiaran. Así decidí negociar mi salida de la compañía”, cuenta María Elvira quien, con temblor en las rodillas, tomó la decisión y abrió su consulta. Como ella, su esposo es administrador de empresas, por lo que establecieron un presupuesto y un límite de tiempo. Si en un año el nuevo rumbo profesional de María Elvira no funcionaba, ella volvería a buscar trabajo. Pero no fue necesario: 17 años después ella no solo atiende su consulta, sino que además dicta talleres, seminarios y cursos, en los que enseña a quien esté dispuesto a escuchar cómo comunicarse con los ángeles. Además, ha publicado seis libros, entre estos De la mano de los ángeles, que ya va por la edición número 15, y el más reciente, Misión felicidad.

 

¿Quiénes son los ángeles?

Los ángeles son una manifestación de la energía divina del amor, una manifestación de Dios. Son seres de luz creados por la divinidad para ayudar a la humanidad, y existen porque son más fáciles de percibir. A mucha gente le cuesta trabajo decir “voy a hablar con Dios”. En cambio es más fácil relacionarse con los ángeles y vivir la espiritualidad a través de ellos. La energía del amor es una sola, por tanto puedes llegar a esta a través de ángeles, de meditación, de una sanación. Cuando las personas están conectadas y preparadas, no importa por dónde busquen la información, el mensaje será el mismo.

 

Entonces, ¿por qué se enfocó en los ángeles?

Porque tenían una connotación mágica, y la técnica me permitía sorprender a la gente y sorprenderme a mí. Además, los ángeles unen a todas las culturas, hasta los egipcios hablaban de los seres alados que ayudaban a la humanidad. Me pareció que era una forma de unir a la gente, porque la espiritualidad y los ángeles están abiertos a todo el mundo, sin importar sus creencias y su estilo de vida.

 

Se cree que los ángeles pueden ‘adivinar’ el futuro, ¿es así?

Si me estás diciendo que los ángeles son como una bolita de cristal que te dice qué va a pasar, la respuesta es no, porque el destino como algo predeterminado no existe, el destino es el resultado de las decisiones. Tú llegas aquí con el libre albedrío, y tus decisiones construyen tu realidad. Los ángeles sí te pueden hablar de futuro al decirte que con las decisiones que has tomado hasta hoy, esto es lo que estás creando. Eso no quiere decir que pase lo que tú quieras, mucha gente cree que ser feliz es que pase lo que ellos quieren, o dicen “voy a ser espiritual y que los ángeles hagan que pase lo que yo quiera”. Hay que tener mucho cuidado con ese concepto, porque lo que yo quiero no necesariamente es lo que me conviene o puede haber algo mejor que no conocemos. El ejemplo claro es lo que me pasó. Si me hubieran dicho, cuando yo estaba trabajando en el banco, que me dedicaría a la terapia con ángeles, me hubiera muerto de la risa. Por eso lo mejor es pensar: “me abro a lo que corresponde”.

 

¿Cualquier persona puede comunicarse con los ángeles?

Sí, yo no tengo ningún don. Solo hay que sentarse a aprender. Además, ellos siempre están mandando señales a través de las sincronicidades y las coincidencias, ayudándote. Lo que pasa es que uno no los ve por las creencias que tiene, o no los acepta.

 

¿Y cómo son esas señales?

Se les dice: “ángeles, denme las señales necesarias el día de hoy para recibir su guía respecto a…”, y sueltas el tema. Las señales pueden ser una canción, un aviso publicitario, una persona con la que te encuentras. ¿Cómo sabes que es una señal? Porque te genera una sonrisa espontánea. Te doy un ejemplo. Una amiga estaba decidiendo entre remodelar su apartamento o venderlo, y comprar uno más pequeño. Pidió la señal y –mientras conducía por la autopista–, vio una valla publicitaria que decía: “remodele, no lo piense más, cuente con nosotros”. Lo importante es que sepamos que la decisión siempre está en nosotros, pero ellos están ahí todo el tiempo.

 

¿Pero esto le puede pasar incluso a los incrédulos?

¡Claro! Los momentos más especiales de mi vida como terapeuta han sido con personas que no creen, y siempre les voy a dar la bienvenida porque esta es una espiritualidad práctica que no requiere que creas, solo te invita a que lo vivas a ver qué pasa. No hay una creencia anterior para que las cosas se den, los ángeles no necesitan que creas en ellos para que te den los mensajes. En esta espiritualidad, tú cuestionas y hay respuestas: no tienes que tragar entero.

 

Su más reciente libro es Misión felicidad, ¿qué es felicidad?

Es una forma de vivir, una actitud ante ti mismo, ante los demás y ante la vida, basada en que todo tiene un propósito y todo se puede aprovechar. Una persona conectada con la felicidad vive situaciones difíciles, pero busca el propósito y la guía que hay en estas. Por eso, además de aprovechar los momentos de aprendizaje, o los dolorosos, sabe aprovechar los de bienestar. En esta cultura no nos enseñan a disfrutar, y se piensa que disfrutar es sinónimo de perder el tiempo; entonces, ¿para qué logro algo si no lo puedo disfrutar? Las personas felices se toman el tiempo para disfrutar.

 

Dice que todo tiene un propósito, un sentido, pero ¿cómo se le encuentra el propósito a una tragedia como una muerte?

Una mujer que había perdido a su hija llegó a mi consulta. Con la ayuda de los ángeles, encontró que su misión era ayudar a otros a vivir sus duelos con propósito. Es un tema muy profundo. Pero es que solo tienes dos opciones: o le das sentido o no, ¿qué prefieres? Ser espiritual no es dejar de sentir, es lo que haces con lo que sientes. Las personas espirituales lloran, sienten rabia, envidia, tristeza, solo que en vez de culpar a los demás por lo que sienten buscan dentro de ellas mismas el miedo, y transforman su origen para liberarse. Hay que dejar de pensar que el dolor es malo, el dolor es una forma de guiarnos.

(...)

 

 

Lea la entrevista completa en la edición impresa de enero de 2019.