Fotos Nicolás Quevedo - Cortesía Music Way
17 de Marzo de 2021
Por:
Catalina Uribe Tarazona

La cantante paisa pasa sus días a los pies de la Sierra Nevada de Santa Marta. Su más reciente sencillo, Seré la fe, expresa lo que, ahora, es esencial en su vida. 

“Te quiero mucho le daba voz a las mujeres en un país conservador”: Naty Botero

  • Dado que cada una de sus canciones relata un momento de su carrera, ¿escuchar de principio a fin toda su música equivale a escuchar su biografía?
Sí, claro. Para mí siempre ha sido muy importante transmitir con mis letras aquellos mensajes que considero urgentes de acuerdo con la situación que percibo del mundo y de mi entorno. La primera canción que me dio reconocimiento, Te quiero mucho, fue muy pegajosa, pero realmente se convirtió en un hit porque era un himno que le daba voz a aquellas mujeres que, en un país conservador, no la tenían. Por lo menos en temas de libertad sexual. Después, vino otra bomba: Dinosaurio, que decía “Cuba, Habana, soye, marihuana”, incluida también en mi primer álbum, que más que hablar de revolución, era una oda a la independencia política y social, pues siempre he promovido la libertad en todos los sentidos posibles. Luego, mi álbum InDiosInlove describe mi llegada a la Sierra Nevada de Santa Marta, y tiene todo lo que absorbí de la filosofía de la comunidad de indígenas locales, que me acogieron desde mi llegada hace 10 años, hasta hoy.
 
  • Menciona al empoderamiento femenino, que ha sido una premisa en su proyecto musical. ¿Qué la hizo volcarse hacia esa temática?
El poder femenino es arrollador e imponente. Se mantuvo mermado por largos años y, aunque no lo creas, existen muchas culturas, inclusive en nuestro país, que siguen reteniendo o subvalorando el poder de la mujer en distintos roles de la sociedad. Siempre he luchado porque las mujeres y las comunidades minoritarias abracen el poder y alcen la voz para aportar y actuar en la sociedad de manera igualitaria. Pero para eso se requiere coraje. Por eso, el coraje y la valentía siempre han sido mi bandera. Por ejemplo, en mi fundación, Casa Coraje, mi prioridad son las mujeres indígenas cabezas de familia. Busco empoderarlas para que emprendan de manera sostenible y sean ellas las que lideren el futuro de su propia comunidad.
 
  • Además de cantante ha sido diseñadora de modas, actriz, directora de cine, empresaria, activista por el medioambiente y líder del empoderamiento femenino. ¿Cómo convergen todas esas facetas en su presente?
El universo actúa de manera perfecta cuando seguimos nuestro corazón y actuamos en concordancia con nuestros pensamientos. Hoy en día, todo lo que soy converge de manera integral porque lo pongo al servicio de mi comunidad. Incluso, mis proyectos musicales. Por ejemplo, viendo todo el talento que hay en Santa Marta y sobre todo en la Sierra, se me ocurrió la idea de abrir un estudio de producción, que pondré al servicio de los músicos de mi región. Seguramente, de ahí saldrán nuevos talentos que el mundo merece conocer. Músicos que nunca pensaron en grabar y ahora podrán hacerlo. El estudio se llamará Paluna, en homenaje a mis hijas Paloma y Luna.
Pocos saben que Naty también es directora de cine. Entre otros, dirigió el video de una canción de Andrés Cabas.
  • Usted vivió los afanes de su industria y ahora vive en uno de los lugares más calmados de nuestro país. ¿Cómo surge ese cambio de contexto tan radical?
El cambio radical me lo han traído mis hijas. Crear y formar una persona lleva una responsabilidad única. Ver cómo crecen en armonía con su ambiente, con amor y con respeto por la naturaleza y por quienes hacen parte de su crecimiento no tiene gratificación similar. Las madres somos creadoras y maestras, no existe un trabajo más importante para la humanidad y hay que hacerlo bien y con la importancia que merece, inclusive cuando la sociedad no lo reconozca del todo.
 
  • ¿Cómo ve a la industria hoy, desde esa nueva posición?
Veo con preocupación que las estrategias de mercadeo, ahora más que nunca, hacen que los procesos de creación de los artistas se vean afectados y cohibidos. Muchos músicos se ven presionados por las supuestas imposiciones del mercado y dejan de hacer lo que sienten. Este problema afecta a la música, a su diversidad y, por supuesto, al público en general.
 
  • En su nueva canción, Seré la fe, habla de ser dura como hierro, suave como un beso y dulce como una flor. ¿En qué momento considera que se debe aplicar cada una de esas características?
La canción resume varios consejos: Primero, ser siempre la fe, a pesar de todo lo malo que nos pase. Segundo, cambiar el odio, cada vez que podamos, por amor; la duda, por fe. Y tercero, saber que, aunque tengamos miedo, el amor por lo que hacemos siempre es más fuerte. Hay una oración de San Francisco de Asís que me encanta desde niña, que dice: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que allá donde haya ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde haya discordia, yo ponga la unión. Que allá donde haya error, yo ponga la verdad. Que allá donde haya duda, yo ponga la Fe”. En esa oración me inspiré para escribir.
 
  • El video de esta canción fue rodado en Palomino, Guajira. ¿Por qué?
Es el video más íntimo que he hecho en mi vida, porque es mi hogar, es donde vivo desde hace 10 años. Fue hermoso, porque lo quería hacer solo con el mar, la playa, la naturaleza y mi familia —mis hijas Luna y Paloma, y mi esposo—. Pero, justo ese día, y sin planearlo, llegaron matronas de la comunidad de la Sierra y algunos amigos indígenas a visitarme y fue perfecto porque también quedaron en el video. El universo me recordó que ellos también son mi familia. La Sierra me llena profundamente. Es un paraíso de vegetación, de aves y de culturas ancestrales. Estoy segura de que es uno de los lugares más lindos de Colombia y el mundo. La Sierra me ha dado mucho y yo trato de devolverle un poco de lo que me da, a través de mi relación con la comunidad indígena a la que apoyo con acciones de sostenibilidad y con los árboles que siembro con mi fundación Casa Coraje.
 
  • ¿Fe es lo que más necesitamos en este momento?
Definitivamente. La pandemia nos enseñó que lo más valioso es la esperanza de que estaremos mejor. Eso nos mantiene unidos y con ganas de seguir viviendo.
 
  • ¿De dónde viene su amor por la naturaleza?
Tuve una infancia rodeada de naturaleza y arte. Mi madre también era artista: pintora. Esa infancia despertó en mí toda la sensibilidad para ser artista y desarrollar la conexión que me ha permitido permanecer todos estos años en la Sierra de manera armónica.
 
  • ¿Cuál es el mayor impacto de la Sierra Nevada de Santa Marta en su vida?
El mayor impacto estuvo en mi manera de pensar: “Recibes de lo que das”. Las leyes del universo son más sencillas de lo que pensamos. No podemos recibir nada de lo que no estamos dando y tú atraes exactamente lo que piensas. Cuando dejamos que nuestros pensamientos se intoxiquen con quejas y pensamientos negativos, inmediatamente nos volvemos un imán de problemas. Esta es la filosofía que aprendí de los indígenas de la Sierra y de la que ahora soy embajadora.
 
¿Qué viene para este 2021?
Más música. Desde que comencé con mi carrera hace más de 15 años, nunca que me he quedado quieta. Creo que dejaré de hacerlo el día que cierre mis ojos para no volver a abrirlos. Los sonidos del Caribe siempre me han cautivado, entonces me enfocaré este año en seguir haciendo fusión de vallenato y pop. 
 
*Publicado en la edición impresa de marzo de 2021.