19 de Noviembre de 2019
Por:
Catalina Uribe Tarazona

Más de 8.000 canciones y 77 pasaportes sellados por completo son el resultado de los 53 años de carrera  musical que acumula Julio Ernesto Estrada. Con su nuevo trabajo, Se te nota, el artista planea poner a bailar, nuevamente, al público colombiano. 

“La salsa es un idioma fecundo de alegría para salir de problemas”: 'Fruko'

  • En la Medellín de su juventud lo que más se escuchaba era el tango, los boleros y la ranchera. ¿Cómo fue que la salsa lo sedujo?
Toda esa historia musical de tradición quedó con el abolengo, las mamás y las abuelas que cantaban lavando la ropa. Sin embargo, al frente de mi casa había un bar que se llamaba El Cumaná, y allí yo escuchaba a Lucho Bermúdez, La Sonora Matancera, Pérez Prado y algunos otros artistas tropicales. Después de escuchar salsa por bastante tiempo y analizar las reacciones de la gente, lo que me cautivó de este género fue su capacidad de poner contentas a las personas. Ahí empecé a practicar con unos instrumentos rudimentarios y más adelante, siendo el utilero de Discos Fuentes, tuve la oportunidad de practicar con los de percusión que utilizaban en los estudios. Gracias a eso, unos años después pasé de ser el utilero a ser el baterista de Los Corraleros de Majagual. Ahí comenzó todo.
 
  • A propósito de instrumentos, usted aprendió a tocar más de 25. ¿Cuál fue el primero?
Yo empecé con el timbal, luego mi segundo instrumento fue el bajo. Con este último encontré la compensación de melodía y ritmo. Más adelante, como seguía trabajando en los estudios de Discos Fuentes, y después de alternar con los mejores de la salsa –Tito Puentes, Ray Barreto, Richie Ray y Bobby Cruz, Willie Colón, Héctor Lavoe y otros más–, hice unas prácticas emulando a estos artistas y empecé a incursionar con el piano, a sacar tumbaos, melodías y armonías. Fueron momentos muy felices para mí.
 
  • ¿Con cuál de esos se siente más cómodo?
Yo considero que con el bajo. Ese es el instrumento con más volumen y responsabilidad en las canciones. Por ejemplo, cuando un carro lleva música fuerte lo primero que escuchamos es ‘bum’, ‘bum’, ‘bum’, ‘bum’: el bajo. Interpretarlo dentro de una orquesta me permite dirigir al resto de músicos en el campo rítmico. Si está muy lenta la canción la puedo acelerar y dar las cadencias para que los demás instrumentos se acoplen y den una buena sonoridad. Por eso me siento tan cómodo con él. 
 
  • En 1963 tuvo su primer contrato con la Industria Nacional del Sonido y no como músico. ¿Por qué fue importante su paso por allí?
Mi tío político, Alberto Rincón, me llevó allá para trabajar de ‘todero’. Era almacenista, prensaba los discos y también era mensajero. Además de que mi cuerpo se fue llenando del vigor de los músculos para poder prensar discos con unos dados de hierro muy pesados, también fue un trabajo que me marcó porque fue donde aprendí acerca de la referencia musical de los discos, las corrientes musicales, las estaciones, los géneros más escuchados y muchas otras cosas con respecto a la parte técnica.
 
  • Y, luego, ¿cómo dio el salto de ser utilero en Discos Fuentes para convertirse en uno de los grandes de la salsa?
Mis tíos, los mismos que me llevaron a trabajar en la Industria Nacional del Sonido, eran ingenieros de grabación. Ellos me enseñaron el arte de grabar. Además, tuve como tutor a don Antonio Fuentes que me decía: “los decibeles para el bajo son 50; para las voces, 110; para la conga, 60...”, así fui aprendiendo a grabar. Un día, él llegó con la idea de cambiarles el ritmo a Los Corraleros de Majagual. O sea, había que quitarles la caja vallenata y ponerles el timbal. Entonces, a mí se me ocurrió proponerle un golpe y le gustó. La Burrita es un ejemplo de mi golpe, ahí los instrumentos de percusión hacen: ‘pin-pon-pon/ pin pon-pon/pin-pon’, un ritmo muy marcado, excelente, animado y claro. Esa fue mi plataforma: la creación de ese golpe, que fue famoso, es famoso y seguirá siéndolo porque es animado y característico en la música colombiana.
 
  • La legendaria canción El Preso es un poco desesperanzadora en su letra, pero a todos nos encanta. Cuénteme la historia detrás de este éxito.
Esa es la ganancia que tenemos nosotros al realizar estas canciones. A pesar de ser un tema fuerte y algo triste, nos enfocamos en la escala tonal emocional para que la gente no se dedique a pensar en odios ni resentimientos, sino en el lado bueno y alegre de la historia. La salsa ha se ha convertido en un idioma fecundo de alegría y simpatía para salir de problemas. Actualmente hay tantos suicidios por amor, desilusiones y problemas que este género les da un aire a todas esas personas que no encuentran salida. Los colombianos estamos llenos de alegría y nosotros lo que hacemos es reforzarla. 
 
  • También está A la memoria del muerto, que fue una de sus primeras canciones. ¿Qué me puede contar de este tema?
Lo cantó Edulfamid Molina, mejor conocido como Piper Pimienta Díaz. Es una canción irreverente y le hace honor al reconocido refrán: “el muerto al hoyo y el vivo al baile”. Cuando una persona se muere, lo primero que se hace es velarlo, y en el lugar del velorio, casualmente, siempre hay un lugar cercano donde la gente puede tomar licor. Entonces, los borrachitos tristes salen al bar, bailan dos o tres canciones con las meseras y regresan a seguir llorando al muerto. Esa es la vida. Así que este tema –que incluso fue el primer gran éxito de Fruko y sus tesos– invita a la gente a bailar. Recuerdo que cuando lo llevé por primera vez a un bar en Medellín, donde no se escuchaban sino tangos, le pedí al administrador del bar que lo pusiera. Cuando lo hizo todos los contertulios sacaron sus mejores movimientos de baile.
 
  • ¿Cuál es el concierto que más recuerda?
La presentación en el Madison Square Garden con Fruko y sus tesos. Fuimos la primera orquesta de salsa que se presentó en Nueva York en ese templo del sonido. Ahí tuvimos la oportunidad de alternar con el Conjunto Libre de Nueva York, grupos de merengue dominicano y otras orquestas latinas. Todos se preguntaban: “¿salsa colombiana?” Así que la presentamos, nada más ni nada menos que, con Joe Arroyo y Wilson Manyoma. Fue un espectáculo. Recuerdo que nos tocó el camerino de Kiss, el gran grupo americano de rock, y esa noche nos sentimos en el cielo.
 
  • Se te nota es su próximo sencillo. ¿De qué trata este trabajo musical?
Tuvimos la alegría de hacerla bajo el sello Fruko Records. Además, contamos con la participación de grandes artistas como Fernando González, muy famoso en Medellín; la gran cantante venezolana Doris Salas; el maestro Carlos Piña con su clarinete; el maestro Fernando Pabón, director de la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia, y un talentoso grupo de jóvenes académicos, abogados e ingenieros que hacen música con Zafarrancho. Eso quedó sonando riquísimo.
 
  • Una frase que lo describa.
Sin agüeros. ◆
 

*Publicado en la edición impresa de Octubre.