Cortesía
16 de Junio de 2017
Por:
Catalina Barrera

Tiene 19 años, canta en inglés, es barranquillera pero ama el pan con chocolate de “la capital”. La cantautora Coco Jadad habló de su segundo álbum, No Name, un trabajo grabado y producido por Sejo Navajas en Los Ángeles, California. 

Coco Jadad, feminista 'indie'

¿Cuáles han sido sus influencias musicales?

Tengo tres ‘mamás’ en la música: Cat Power, Tracy Chapman y Joan Báez. Otros que tengo como modelos son Cher, Elton John, Johnny Cash y Alanis Morissette.

 

¿De qué artista le gustaría ser telonera?

De Coldplay o Imagine Dragos.

 

Usted creció en Barranquilla, pero canta en inglés. ¿Nunca tuvo esa influencia folclórica?

Soy fanática de Totó La Momposina, pero cuando empecé a hacer música no estaba pensando en qué idioma lo estaba haciendo, solamente lo hacía. Fue después, cuando me empezaron a hacer esta pregunta, que me di cuenta de que no lo estaba haciendo en español sino en inglés. Mi familia materna es norteamericana, siempre me incliné hacia esa cultura y no sabía cómo describir o poner mis sentimientos en español.

 

Las dos únicas canciones en español son covers. ¿Por qué?

Representan que uno siempre va a volver a sus inicios: comencé aquí y terminé aquí. La primera, Te quiero, dijiste, me la cantaba mi mamá, era como una canción de cuna. La última, Se va la lancha, me la cantaba mi abuela. No las grabé como canción de cuna (risas), hice mi versión un poco más misteriosa. Con lo que quiero decir que, aunque haya escogido un camino diferente, siempre voy a regresar a mis raíces, a mi familia.

 

¿Por qué casi todas sus canciones hablan de desamor?

Alguna vez me preguntaron cuál era la palabra que definía mi música, dije: ‘sirena’. Habla de la independencia, del feminismo, de ser poderosa, de ser fuerte, de esa onda de misterio sensorial que tengo y que uso en mi música. No trato temas de desamor o de soledad como los conocemos, busco decir que no le quiero pertenecer a alguien. Tal vez por la sociedad en la que crecí o la cultura en la que estoy –que es muy machista– nunca he querido sentir que soy de alguien. Sola pero no solitaria. Siempre he creído que estoy destinada a ser mucho más de lo que ya soy.

 

Entonces es feminista…

Sí. Hablo mucho en mis redes sociales, comparto los artículos que escribo. El último que hice fue un experimento: caminé 15 cuadras en línea recta por Bogotá, duré veinte minutos y tuve más o menos nueve encuentros vulgares con hombres. Para mí es absurdo que cada dos minutos sintiera que no estaba a salvo. Creo que si uno tiene una voz debería usarla, por eso siempre trato de unir a las personas con mi música, con mi mensaje que no solo habla de las mujeres sino de los homosexuales, los trans... de hecho, en el video de la canción Sunrise, que sale en abril, participan todos mis amigos gays. Trato de abrazar a todos los que sienten que no son parte de algo pero al final sí lo son, todos lo somos.

 

¿Por qué decide irse por el indie pop?

Empecé escribiendo baladas. Me sentía como la Tracy Chapman colombiana. En Barranquilla, donde crecí, hubo una época en la que se presentaban Dj’s de diferentes partes del mundo y tenían sonidos que yo quise implementar en mi música. El álbum tiene tres estados de ánimo: la balada, solo yo con un piano; el rock, con una parte de mí, más densa y oscura; el pop, con muchos elementos electrónicos. El género alternativo es lo que define mi música porque tiene un poco de todo.

 

¿Cómo nace su nombre artístico?

Mi nombre de pila es Nicolle y tengo una hermana de 7 años que cuando empezó a hablar me decía ‘Cocol’. De ahí salió el apodo. Siento que siempre me han dicho ‘Coco’ pero han sido solo 6 años. Ahora soy Coco Jadad.

 

 

*Publicado en la edición impresa de abril de 2017.