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22 de Septiembre de 2017
Por:
Catalina Barrera

Las páginas web y las aplicaciones móviles se han convertido en un atractivo modelo de negocio para los grupos de inversionistas. ¿Por qué les interesa tanto este tipo de emprendimiento?

Los fondos de inversión ponen el ojo en los innovadores tecnológicos colombianos

Cuando Mark Zuckerberg creó Facebook desde su cuarto de estudiante de la Universidad de Harvard, apenas tenía 20 años. Para ese 4 de febrero de 2004 ni siquiera él pensaba que su idea pudiera ser redituable. Casi 14 años después, el gigante de la red cerró 2016 con ganancias de 9.509 millones de euros (más de 31 billones de pesos colombianos).

 

Como Zuckerberg, la generación que creció con total acceso a internet se ha enfocado en crear nuevas plataformas de servicios inteligentes. El mundo se ha convertido en un lugar alcanzable y eso es lo que los jóvenes de las nuevas generaciones han aprovechado.

 

Las aplicaciones móviles o las páginas web son una oportunidad para que los emprendedores se conviertan en sus propios jefes. En Colombia, Rappi, la aplicación móvil de servicios de mensajería a domicilio, es una de las que marcan la pauta. La empresa digital, que cuenta con más de 40 mil productos disponibles, fue creada por tres jóvenes caleños que quisieron facilitar la vida de quienes prefieren obtener todo con un simple clic. Con el rendimiento de la aplicación y los más de 200 mil pedidos, Sebastián Mejía Barberena, Simón Borrero y Felipe Villamarín también consiguieron entrar a Y Combinator, la aceleradora de compañías de tecnología más importante del mundo.

 

El nuevo foco de los inversionistas

Las aceleradoras son empresas que ayudan a los emprendedores a que sus proyectos se vuelvan atractivos para los inversionistas. Aunque los jóvenes emprendedores son, por así decirlo, los genios creativos, otros son los encargados de promoverlos. Son los llamados fondos de emprendedores, que son la mano derecha de quienes tienen ideas y no saben cómo realizarlas. Estos fondos funcionan con un “capital de riesgo”, alimentado por empresas privadas, y un “capital semilla”, aportado por los propios emprendedores con su trabajo.

 

“Las empresas están invirtiendo en un activo completamente diferente del tradicional”, afirma Fernando Sierra, socio del fondo Invictum Capital. “Andan enteradas de lo que sucede en el ecosistema de la innovación y se interesan mucho en la transformación digital”. Las compañías que aportan el capital de riesgo reciben una retribución en capital proporcional a la cantidad que han invertido en el fondo. Las ganancias aparecen una vez el proyecto del capital semilla ha sido vendido a grandes compañías.

 

Para Patricia Sáenz, managing partner de Mountain Nazca en Colombia, un fondo de Venture Capital, se trata de una nueva economía. “Las personas quieren ser emprendedoras, quieren hacer nuevas empresas y creemos que este es el motor de la economía”.

 

En Colombia el tema aún está crudo. Aunque hay varios fondos que impulsan el emprendimiento tecnológico, países como México llevan la delantera. Nazca, por ejemplo, tiene presencia en México y Chile. En estos países ya tienen asignados cerca de 13 millones de dólares. En Colombia, en cambio, de un fondo de 38.700 millones de pesos, apenas 9.000 millones están comprometidos.

 

“La plata no se puede regalar y eso es algo en lo que nosotros hemos trabajado muchísimo –asegura Sáenz–. Invertir es un arte y no solo en la empresa sino también cuando se trata de seguirle la pista a la inversión. Es networking, es quiénes hemos invertido, es cómo hacemos para vender más. Es todo un acompañamiento al emprendedor, porque el emprendedor es alguien nuevo que necesita todo el apoyo de gente que sabe. Este apoyo es lo que estamos fomentando”, enfatiza.

 

La semilla de mostaza

 

El capital semilla, es decir, los jóvenes innovadores, pueden empezar su proyecto desde la sala de la casa o desde cualquier lugar. De la idea a la consolidación de la idea hay una gran brecha. Para vencerla existen expertos en el tema que ayudan a dirigir la iniciativa de manera que puedan llegar a presentarla a grandes inversionistas en Colombia o en el exterior.

 

Para los creadores de los fondos, lo más importante es tener emprendedores comprometidos con sus proyectos. “Buscan invertir casi siempre en empresas que ya tengan ‘tracción’ –es decir, que hayan tenido ventas o una comunidad en redes sociales– en el mercado”, afirma Pablo Ángel, socio fundador de XConsulting.

 

Una buena estrategia

 

Además de los fondos de inversión que se crean con capital de riesgo y capital semilla, los jóvenes innovadores han podido encontrar otra manera de hacer florecer sus ideas. Según Patricia Sáenz, las empresas con un gran número de personas a cargo están desapareciendo. En compensación, han estimulado el hábito de financiar proyectos, o startups, que ya están construidos y que pueden acoplarse a las necesidades de las mismas compañías, pues resulta más económico que hacerlo desde el interior.

 

Ángel concluye: “Si hay una buena aplicación desarrollada quiere decir que detrás de eso hay un buen equipo de desarrollo o un equipo estratégico que llegó a esa idea. Entonces, a veces puede resultar más económico y más rápido adquirir una empresa que esté en el mercado y traerla a la empresa, que desarrollarla dentro de la misma”. Como quien dice: crea una empresa, otórgale una reputación y véndela. Es el negocio del siglo XXI.

 

 

 

Del garaje al negocio

Algunas aplicaciones y plataformas web han pasado de ideas de garaje a empresas constituidas valoradas en millones de dólares. Estos son algunos ejemplos de creaciones colombianas que lo han logrado:

 

Rappi (domicilios): valorada en US$ 134 millones.

Ofi (suministros de oficina): valorada en US$ 18.5 millones.

Mi águila (transporte corporativo): valorada en US$ 6 millones.

Tpaga (plataforma de pagos móviles y web): valorada en US$ 5 millones.

Escala educación (ahorro para educación): valorada en US$ 3 millones.

 

¿De cuánto estamos hablando?

En Colombia, según la Asociación Colombiana de Capital Privado (ColCapital), se han registrado un total de 89 fondos de capital privado que invierten en todo tipo de sectores, desde infraestructura e inmobiliarios, hasta fondos que invierten en emprendimientos tecnológicos y en proyectos de impacto social y ambiental. De esos 89 fondos de capital privado, 9 son de venture capital o fondos de capital de riesgo, que mueven 83,91 millones de dólares. En 2016 se invirtieron 26,31 millones de dólares y hay disponibles 57,6 millones de dólares más.

 

 

Estos son algunos gestores profesionales que administran los 9 fondos que han invertido en Colombia:

 

 

- Odiseo Fund Manager, con US$ 20 millones.

- Corporación Inversor, con US$ 7,71 millones.

- Mountain Nazca Ventures Colombia, con US$ 13 millones.

- NXTP Labs, con US$ 120 millones.

- Promotora de Proyectos, con US$ 48,39 millones.

 

* Cifras obtenidas del anuario de la industria y directorio comercial ColCapital.

 

*Publicado en la edición impresa de julio de 2017