Foto Alejandra Vega.
7 de Febrero de 2012
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Después de trabajar durante años en el periodismo, decidió olvidarse del estrés de la reportería, para dedicarse a la creación de muebles fascinantes que dejan ver su pasión por los colores vivos y el arte pop.

 

Julieta Echeverri: una mujer llena de color

Por estos días, quien vaya a cortarse el pelo donde Humberto Quevedo, en la zona rosa bogotana, encontrará, además del acogedor ambiente característico del local, algunas piezas de mobiliario sofisticadas y llenas de color que, aunque no hacen parte de la decoración, encajan perfectamente. Se trata de muebles decorativos elaborados en madera por la diseñadora Julieta Echeverri, con una fusión de técnicas y referencias tomadas del arte pop.

 "El color me ha movido mucho siempre". Afirma la diseñadora. (Fotos Marcela Eunice Rodríguez)

“Yo crecí con Lorenzo y Pepita y con Batman y Supermán”, dice la diseñadora antes de señalar las figuras plasmadas en sus muebles: Twiggy, la modelo icónica de la moda británica en los sesenta, rodeada de flores amarillas en la parte frontal de una cómoda; Liza, el rostro de Liza Minnelli como fue retratado por Andy Warhol en uno de sus famosos cuadros, y la silueta oscura de un hombre que mira, desde una de las pantallas de un biombo, a una mujer en la pantalla de más allá recortada sobre un fondo al estilo de Mondrian. 

Estas piezas fueron elaboradas en un plazo de un año para una exposición organizada por la galería Alcorriente ARTE en octubre de 2011. Antes de esa muestra, Julieta había expuesto su trabajo en 1994, junto al del también diseñador Jorge Dangond, luego de tomar un año sabático en Popayán, donde se dedicó a aprender de carpintería y manualidades. Julieta estudió periodismo y se había desempeñado durante años en su carrera cuando decidió trabajar con madera. “Yo he sido muy manual toda la vida ―dice―. Y más o menos desde 1990 empecé a coquetearle a la madera, la descubrí y me gustó mucho trabajar con ella. Es un material muy versátil, que ofrece muchas posibilidades”. 

Tras su curso en la capital del Cauca y la exposición conjunta, viajó a los Estados Unidos para dedicarse a su hijo y siguió haciendo piezas ocasionalmente hasta que el año pasado se dijo que esto es lo que de verdad quería hacer. Organizó los muebles para la exposición en la galería y luego los llevó a la peluquería de Humberto Quevedo, donde además de exhibirse, resultan funcionales y decorativos. En este sentido, Julieta anota que “los muebles en general son todos parecidos, normalmente se conserva una misma línea, sobre todo en el color. El color siempre me ha movido mucho y la idea es coger algo ordinario y transformarlo en algo extraordinario o distinto, algo más alegre. Otra de las cosas que yo pretendo es que el arte se convierta en algo mucho más cotidiano. Que estas piezas sean objetos de uso, que el arte no esté colgado en la pared sino que se toque, se sienta”.

Cuando se le pregunta por su inclinación por los tonos fuertes responde que se debe a la tierra caliente en la que nació, Cartago, donde la gente es mucho más colorida que la del altiplano. Por eso dice que su búsqueda está orientada a que los muebles “tengan mucho más color, que tengan una obra completa incorporada al mueble y no simplemente un detalle”.

Su labor trasciende el trabajo tradicional del artesano en cuanto intenta dar una experiencia más completa en cada una de sus piezas. Como ejemplo señala la cómoda con el rostro de Liza Minnelli, que lleva sobre sus puertas el retrato de la cantante y un juego de contrastes entre el rojo y el negro, pero también continúa el juego entre estos colores al interior de las puertas en las divisiones entre los cajones. Este es un concepto, recalca, nada común entre los carpinteros. 

Con la fusión de madera, referencias del arte pop, color y muebles, es difícil para Julieta establecer un camino recurrente. A veces su punto de partida es el mueble, en torno al que empieza a pensar qué hacer, pero en otras ocasiones es la imagen lo primero que empieza a darle vueltas en la cabeza hasta que encuentra qué hacer con ella. “Yo soy totalmente empírica, esto lo hago más como con las tripas que porque yo haya pasado por alguna escuela, es algo muy intuitivo. Seguramente un artista dice que esto no es arte sino artesanía, es muy posible que lo sea, pero yo sí trabajo el art nouveau, el vintage, el arte pop, es lo que me mueve en este momento”, concluye Julieta, quien agrega que ideas es lo que tiene en la cabeza. 

Cinco datos clave

  (Fotos Marcela Eunice Rodríguez)

-Entre sus influencias, destaca el pop art, el minimalismo, el art decó, el art nouveau, lo retro y lo vintage.

-Para la muestra de la galería Alcorriente ARTE, Julieta trabajó con tres carpinteros. Todos renunciaron a hacer futuros trabajos con ella debido a la complejidad de las piezas.

-Julieta trabaja varias técnicas con la madera, que incluyen acrílicos, anilinas, tejidos, bordados, fibras naturales, hojillas de oro y plata, pirograbado, talla, perfiles, accesorios y elementos decorativos en hierro, vidrio y aluminio y acabados en cera, lacas y resinas.

-Define su trabajo así: “Piezas de mobiliario concebidas para trascender el uso práctico de los objetos y permitir el goce cotidiano del arte. Creaciones artísticas y funcionales, con diseños exclusivos que prevalezcan y conviertan el mueble en protagonista activo”.

-La lista de sus diseñadores favoritos incluye a los italianos Ludovico Acerbis, Pinuccio Borgonovo, Luca Meda, Piero Lissoni, Gio Ponti y Massimo Scolari; al sueco Rolf Fransson; los japoneses Shigeru Uchida y Shiro Kuramata; los franceses Pierre Chareau y Jean Prouve; los estadounidenses Edgard Wormley, Gilbert Rhode, George Nelson, Florence Knoll y Paul McCobb; al suizo Pierre Jeanneret y al inglés Christopher Guy.