9 de Abril de 2020
Por:
Ana Catalina Baldrich

Juan Roberto Perilla se graduó como físico de la Universidad Nacional de Colombia. Ahora hace parte de un equipo de científicos que intentará encontrar el quiebre para atacar al coronavirus. 

El colombiano que busca el talón de Aquiles de la COVID-19

Es bien sabido que no hay lugar del mundo en donde no habite un colombiano. Tal vez por eso, cuando alguna noticia capta la atención global, los medios colombianos siempre encuentran a un compatriota protagonista de la historia. Y en esta ocasión, no podía ser diferente.
 
Juan Roberto Perilla nació en Bogotá y, aunque dice que no recuerda el momento exacto que lo decidió, estudió física porque quería convertirse en un científico “que pudiera explicar los fenómenos de la naturaleza, de una forma rigurosa y matemática”. Por eso, ingresó a la facultad en la Universidad Nacional de Colombia. Sin embargo, ese solo fue el comienzo: obtuvo su doctorado en la Universidad Johns Hopkins, en donde investigó la teoría del estado de transición aplicada a grandes cambios conformacionales en las proteínas; trabajó en la Universidad de Illinois –allí estudió virus completos y orgánulos bacterianos en condiciones fisiológicas–, y hoy es profesor asistente en la Universidad de Delaware.
 
Para entender lo que el físico colombiano hace, basta con leer su perfil en la página web de la universidad en la que trabaja: “El profesor Perilla desarrolla metodologías físicas y químicas para la comprensión del proceso biológico relacionado con la vida y la enfermedad. En particular, su investigación abarca desde cálculos de mecánica cuántica hasta simulaciones de mesoescala y aprovecha el poder de las supercomputadoras”.
 
Fue esta labor la que lo llevó a postular por una subvención de la National Science Foundation, que –a través de su programa ‘Investigación de Respuesta Rápida’, creado para responder a casos de urgencia severa– otorgaba 200.000 dólares. El colombiano y, su colega y esposa, la química Jodi Hadden-Perilla ganaron y ahora forman parte de un equipo de diez investigadores que utilizará simulaciones en computador para analizar la estructura molecular del SARS-CoV-2, comúnmente conocido como COVID-19 y así encontrar sus puntos débiles para utilizarlos en su contra.
 
Y es que estas simulaciones son la única manera de revelar el movimiento de los sistemas moleculares hasta el nivel atómico, por eso los virólogos computacionales ya han trabajado en el análisis de virus como el VIH y el que causa la hepatitis B. De hecho, el profesor Perilla formó parte de un equipo que estudió la cubierta proteica que encierra el material genético de VIH y sus interacciones con una proteína específica. Su resultado, significó un gran avance para entender mejor el mecanismo de la infección por VIH
 
  • ¿Cómo lograron la financiación?
Estos procesos están basados en méritos y son bastante competitivos. Consisten en proponer un trabajo que es evaluado por un grupo de investigadores expertos en el área, que determina cuáles propuestas tienen el mayor mérito científico y la mayor probabilidad de impactar a una audiencia más global. A mediados de marzo nos comunicaron que habíamos conseguido la subvención.
 
  • ¿Cómo se consigue encontrar el talón de Aquiles del covid-19?
Nosotros nos enfocamos en encontrar lo que se conoce como: objetivos para el desarrollo terapéutico. No desarrollamos los terapéuticos, sino que nos enfocamos en el descubrimiento de los objetivos para que estos se puedan desarrollar. Tratamos de encontrar los puntos críticos del virus, por ejemplo, los que estén relacionados con procesos de ensamblaje del virus o con sus interacciones con partes de las células humanas. El objetivo es observar esas interacciones a un nivel microscópico, en un principio esto permitiría diseñar moléculas pequeñas que interrumpan el funcionamiento del virus.
 
  • ¿Se podría conseguir una vacuna?
Nosotros no proveemos mucha información para el desarrollo de vacunas. Nuestra información sirve para desarrollar fármacos antivirales que puedan ser usados para mejorar la calidad de vida de las personas que están infectadas. 
 
  • Entonces, ¿su trabajo ayudaría en la recuperación, pero no en evitar el contagio?
Eso no lo puedo asegurar. Todo depende de los descubrimientos que se hagan. Se puede presentar un desarrollo profiláctico. En otros casos se ha dado, por ejemplo, en VIH se desarrollaron un par de fármacos que las personas que están expuestas al virus toman para prevenir la infección, aunque realmente no se trata de una vacuna ya que si la persona la deja de tomar se puede infectar.
 
  • ¿Cuánto tiempo puede tardar este trabajo?
Como toda campaña científica, a priori, se tiene una probabilidad de encontrar algo, pero en ciencia nada es seguro. Tenemos proyectado un trabajo de un año, entendemos que hay una cierta necesidad de tener resultados rápidos, pero tampoco por eso vamos a comprometer la calidad del trabajo ni el rigor científico de lo que nosotros hacemos.
 
  • Usted ya ha analizado el VIH, ¿qué avances se han dado gracias a su trabajo?
El desarrollo de estas terapias es bastante lento. Debo ser claro, no somos los únicos que hemos contribuido, esto es esfuerzo de muchos grupos, de cientos de científicos, que han trabajado en estos proyectos más de 20 años y hasta ahora han empezado a salir las primeras moléculas que pueden atacar o prevenir la infecciones. Es un proceso inherentemente lento porque hay que ser muy cuidadosos por el impacto que tienen estas enfermedades en las sociedades. Siempre estamos enfocados en hacer un trabajo que sea bastante cuidadoso, por lo que las terapias tardan en salir.
 
  • Una vez ustedes tengan hallazgos, ¿cuál es el paso a seguir?
Es un proceso bastante riguroso y toma su tiempo, creo que entre que nosotros terminemos hasta que exista una terapia para el virus, pueden pasar un par de años. El siguiente paso será publicar los resultados, y obviamente hacer la validación en modelos animales, en células y en humanos. Nosotros no hacemos esa parte del proceso, nuestro trabajo es producir el conocimiento que le ayuda a los demás científicos a diseñar sus experimentos, sus moléculas y sus terapias. Parte del mérito de estos proyectos es que se produce conocimiento que puede servir a un grupo amplio de científicos.
 
  • Como científico, ¿cuál es su mensaje para los colombianos?
No entrar en pánico, guardar la calma hay mucha gente trabajando en este problema, gente muy capacitada y especializada. Estamos atravesando una crisis seria, pero lo más importante es guardar la calma y contribuir de la manera que se pueda.
 
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