Archivo Particular
23 de Marzo de 2018
Por:
Redacción Credencial

Para algunos es una oportunidad para descansar, para otros es un recogimiento religioso. Cualquiera que sea el caso, algunas ciudades de Colombia se convierten en destinos turísticos ideales para Semana Santa.

Colombia en Semana Santa

Según una encuesta de Temporada de Semana Santa realizada a las Agencias de Viajes Anato en 2017, los productos turísticos que más se venden para esta época son los de sol y playa, seguido por los cruceros. Tradicionalmente, los destinos nacionales que más venden las Agencias son Cartagena (10,4%); San Andrés (10,1%); Bogotá (8,7%); Santa Marta (8,7%) y Medellín (7,6%).

De acuerdo con la Aeronáutica Civil, durante la temporada de Semana Santa 2017 se movilizaron 2 millones 300 mil pasajeros por las terminales aéreas, lo que representó un crecimiento de 2,65% comparado con 2016. “Para este año, se espera un crecimiento aproximado del 3% en movimientos de turistas”, asegura Paula Cortés Calle, presidenta de Anato.

Algunas ciudades de Colombia ofrecen diferentes opciones para creyentes y turistas. Estos son algunos recomendados para que disfrute de estas fechas.

 

 

Bogotá

 

La capital del país ofrece diferentes alternativas para los fanáticos y turistas que la visiten. Cada año, el Instituto Distrital de Turismo (IDT) organiza los famosos recorridos religiosos por el centro histórico de Bogotá, una ‘maratón’ por varios templos e iglesias del lugar.

El ascenso al cerro de Monserrate, el sitio de peregrinación tradicional, también es una opción. Los visitantes pueden subirlo a pie, en teleférico o en funicular. En la cima, luego de 2,3 kilómetros de recorrido, podrán encontrar la capilla, un mercado de artesanías, restaurantes y un sendero por el que se recorre cada uno de los momentos de la pasión de Cristo.

Además, para quienes no siguen las tradiciones pero sí tienen un par de días libres, el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá es ideal. Desde el 16 de abril hasta el 1º de mayo, los amantes del teatro podrán asistir a diferentes obras en varios sitios de la ciudad.

 

 

Cartagena

 

Sol, playa y turismo religioso se unen en una de las ciudades más hermosas de América. Eucaristías, procesiones y ceremonias programadas por las diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Cartagena son perfectas para los feligreses católicos.

En el recorrido religioso, los creyentes pueden encontrarse con algunas iglesias, como Santo Toribio, la catedral Santa Catalina de Alejandría, Santo Domingo, San Pedro Claver, Nuestra Señora de la Santísima Trinidad, San Roque, La Tercera Orden y María de las Mercedes (Ermita del Cabrero).

Sin embargo, el centro histórico de la ciudad también tiene diferentes lugares para visitar. La Torre del Reloj, el Teatro Heredia o el castillo de San Felipe de Barajas pueden ser algunas opciones. Pero para quienes prefieren la playa, también hay oportunidad. A poco más de 30 minutos están las Islas del Rosario, un conjunto de islotes en los que se puede nadar, comer manjares locales, bucear o simplemente disfrutar del sol.

 

 

Medellín

 

La arquidiócesis más grande del país se encuentra en la ciudad de la ‘eterna primavera’. Son 342 parroquias que se hallan, en promedio, a 15 minutos de distancia una de la otra, una opción cómoda para los turistas religiosos que quieran seguir las diferentes peregrinaciones que se celebran en la Semana Mayor.

Una vez en Medellín, los turistas tienen la opción de conocer las diferentes tradiciones religiosas de una de las regiones más católicas del país. Los distintos pueblos de Antioquia y sus parroquias también celebran la tradicional Semana Santa.

María Laura de Jesús Montoya Upegui se convirtió en la primera y única santa colombiana, canonizada por el papa Francisco el 12 de mayo de 2013 en Roma. Un santuario, construido en su honor, es ahora un destino de peregrinación de interés nacional e internacional. Los visitantes pueden observar fotografías, recordatorios y estampas alusivas a la santa Laura en el lugar, ubicado en la carrera 92 No. 34D-21 en el barrio Belencito.

Para quienes prefieren la ciudad, la noche en Medellín es un plan imperdible. El parque Lleras, ubicado en la ‘zona rosa’, en el barrio El Poblado, concentra un gran número de restaurantes, cafés, bares y demás establecimientos comerciales perfectos para divertirse.

 

 

Cali

 

Los turistas no pueden visitar Cali sin ir al Monumento a Cristo Rey. Ubicado al suroccidente de la ciudad, sobre el cerro de Los Cristales, a una altura de 1.474 metros sobre el nivel del mar, este lugar es uno de los destinos turísticos religiosos indispensable para Semana Santa. El tradicional ascenso se puede hacer a pie, en carro o en transporte público.

Para los amantes de la ecología y quienes se quieran alejar del ruido de la ciudad, los picos azules de los farallones de Cali son ideales. El Parque Nacional Natural Farallones de Cali, que separa las cuencas del Pacífico y del río Cauca en la cordillera Occidental, es el área protegida más grande en el Valle del Cauca donde se conservan más de 540 especies de aves y nacen más de 30 ríos que abastecen el suroccidente colombiano.

Para los que no son creyentes y tampoco les apasiona el tema ecológico, la salsa es su salvación. En el barrio Granada, ubicado en el norte de la ciudad, existe una amplia oferta de discotecas y restaurantes, donde aunque nunca falta la salsa, también se pueden encontrar otras opciones más internacionales. Rain Clvb, Aurora Record Store o Penthouse 1800 son algunos lugares emblemáticos de la zona.

 

 

Zipaquirá

 

A menos de una hora de Bogotá se encuentra la catedral de sal de Zipaquirá. Un lugar lleno de imágenes y representaciones religiosas, ubicadas en grandes socavones 180 metros bajo tierra. Dentro de los atractivos del lugar se encuentran: el viacrucis, que tiene 14 estaciones, 386 metros de longitud y que representa la pasión de Jesús; tres grandes naves que evocan el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y la cruz más grande bajo tierra del mundo, que mide 16 metros de alto por 10 metros de ancho.

 

 

 

 

 

*Publicado en la edición impresa de febrero de 2018.