Fotografías | Cortesía André Rieu
17 de Septiembre de 2019
Por:
Catalina Uribe Tarazona

El violinista, director de orquesta y compositor neerlandés llegó por primera vez a Colombia junto con su afamada Orquesta Johann Strauss. Y vino a romper récords: en poco tiempo vendió las cuatro fechas que ofreció, este mes, en el Movistar Arena. 

Con el corazón a ritmo de vals: André Rieu

  • Lo apodan ‘El rey moderno del vals’. ¿Cómo comenzó la historia?
Yo nací y crecí en una familia muy musical. Mi padre era el director de una orquesta sinfónica y todos mis hermanos y hermanas tocaban uno o más instrumentos, elegidos por mi madre. Ella solía llevar a sus hijos a los conciertos de su esposo y en uno de ellos fue como descubrí el poder mágico del vals. En esa presentación, mi padre tocó un vals de Johann Strauss como un encore después de sinfonías de Bruckner, Mahler o Beethoven. Durante esos encores, noté que la audiencia empezaba a moverse un poco en sus asientos. ¡Yo estaba atónito! ¿Podría ser la música que mi padre interpretó la que encantó a la gente? Años y años después, cuando estudié en el conservatorio, sentí el mismo poder cuando era yo quien tocaba esos vals. De ese modo, empecé a soñar con tener una orquesta y viajar con ella alrededor del mundo. En 1987 la fundé y decidí llamarla como el verdadero y único ‘rey del vals’, Johann Strauss.
 
  • ¿Qué es lo que usted más disfruta de su profesión?
La música es la mejor manera de expresar mis sentimientos, y no hay mejor instrumento para hacer esto que el violín. Mi mamá pensaba que ese instrumento me convenía mucho y tenía toda la razón. Así como un pintor se siente a gusto con sus brochas y sus lienzos, yo me siento genial cuando interpreto la música que elijo. Además, es muy gratificante. Y ese sentimiento de gratitud crece aún más cuando tengo la posibilidad de hacer felices a muchas personas con mi repertorio. En momentos como esos me doy cuenta de que he elegido el camino correcto, el trabajo adecuado. Bueno, aunque no estoy trabajando, me estoy divirtiendo mucho. Todos los días me despierto con una sonrisa y todas las noches muchas personas se van a la cama con una sonrisa también. ¿No es eso genial?
 
  • ¿Cuál es su violín más preciado?
Yo soy el orgulloso dueño de un violín Stradivarius, uno de los últimos instrumentos que hizo el maestro italiano. Data de 1732, cinco años antes del fallecimiento de Antonio Stradivari –el que era su verdadero nombre–. Sus instrumentos contienen un sonido verdaderamente único, con un poder muy difícil de describir. Nadie puede explicar realmente cuál es la razón de su belleza. Yo comparo su sonido con la voz de la mundialmente reconocida soprano Maria Callas: cálido, melancólico, un poco misterioso, de algún modo intangible, pero absolutamente magnífico y extraordinariamente hermoso.
 
  • Su música alimenta al amor entre seres humanos. ¿Qué espacio guarda usted para el amor?
Es muy importante. Es uno de los principales cimientos para todo en la vida. De hecho, yo siempre he pensado que mi corazón late al ritmo de ¾ del vals (risas). Cada año, en el aniversario de mi matrimonio, le doy a mi esposa un ramo de rosas rojas con un gran número de flores simbolizando los años que hemos estado juntos. Yo no podría imaginar una vida sin ella; gracias a ella seguí creyendo en mis sueños. Hoy en día las personas están muy ocupadas haciendo otras cosas y parecen prestarle muy poca atención a lo más importante: el amor.
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

André Rieu reúne cerca de 600.000 espectadores durante los 90 conciertos que presenta cada año. Incluso logra sobrepasar estrellas como Bruno Mars, AC/DC o Rihanna. 

 

 

  • Además de la música clásica. ¿Qué otros géneros musicales le llaman la atención?
Como dije antes, yo nací en una familia muy musical donde a diario no se escuchaba ningún género distinto al clásico. Fue durante mi época de estudio en el conservatorio cuando yo comencé a descubrir otras cosas. Por ejemplo, me encantan la música de los ABBA, quienes compusieron una cantidad de canciones hermosas. Otro género que admiro –y es gracias a mi hijo Marc, que tiene una gran colección y un gran conocimiento sobre él– es el de las bandas sonoras de películas. En cada nuevo programa y en cada nuevo álbum trato de incluir una reconocida melodía de alguna película que me guste mucho. Por ejemplo, hace un par de años hice un especial de Navidad y estuve buscando una pieza musical para empezar el concierto con ella. Silent Night es una gran canción, pero habría sido muy obvio comenzar con ese villancico. Entonces, mi hijo Marc me sugirió la misma música que se usó en una de mis películas favoritas, Ben-Hur, con la inquietante melancolía musical de Miklós Rózsa.
 
  • ¿Cómo la describe usted la orquesta que fundó hace 32 años?
En 1987, la Orquesta Johann Strauss era un grupo de solo doce talentosos músicos. Hoy en día, más de 60 hombres y mujeres están conmigo en el escenario, algunos de ellos incluso desde el inicio. Todos compartimos el mismo sueño musical: hacer felices a hombres y mujeres con la música que tocamos. A mí me encanta su infinita lealtad conmigo y con mi sueño. Aparte de eso, los conciertos deben ser una fiesta para los sentidos, por eso la música debe ser perfecta. Y, claro, también intento tratar los ojos de las personas. Por eso tenemos un antiguo templo griego como escenario y los vestidos de las damas tienen todos los colores del arcoíris.
 
  • ¿Cómo se preparan antes de un show?
Cuando llegamos al lugar de la presentación, empezamos con la prueba de sonido. Yo reviso el sonido de los instrumentos y los solistas, así como la luz durante varias composiciones que tocamos. Después de eso, es hora de comer, y una vez terminamos me tomo una siesta corta mientras los otros miembros de la orquesta se preparan: se visten, leen un libro o juegan una partida de ajedrez. Una hora antes de comenzar el concierto me despierto, me visto y me uno a la orquesta. Afinamos nuestros instrumentos tras bambalinas, damos un vistazo a la audiencia y después... ¡comienza el concierto!
 
  • Y durante la presentación, ¿a qué le da mayor importancia?
Creo que a la reacción de la audiencia. Cuando esta tiene buenos sentimientos, nosotros también. ¿No es genial que puedas hacer felices a hombres y mujeres con la música que elegiste con el corazón? Además, eso parece funcionar en todo el mundo porque dondequiera que tocamos las personas agradecen que hayamos ido a presentarnos para ellos. Y no olvides que hacemos esto juntos: “Un trabajo en equipo hace que el sueño funcione”. Eso lo leí en algún lado y nunca lo olvidaré porque es demasiado cierto. Todas las emociones se pueden ver y sentir durante uno de nuestros conciertos: risas, lágrimas, etcétera. Y eso a mí me encanta porque es justamente lo bueno de la música: ¡evoca todo tipo de emociones!
 
 
 
 
  • Usted dijo que le gustaría compartir escenario con el artista estadounidense Bruce Springteen. ¿Por qué?
Sus canciones son pegadizas: Dancing in the dark y Born in the USA son los clásicos de la época. ¡Yo los podría escuchar todo el día! Además de eso, la energía de ese hombre es algo que admiro enormemente. De acuerdo con mi opinión, él sabe cómo entretener a su audiencia de manera que podría estar con ellos horas y horas... Sería un sueño hecho realidad si pudiéramos actuar juntos.
  • Tiene cuatro fechas planeadas en Colombia. ¿Cuál es el secreto para tener una audiencia tan numerosa?
El entusiasmo genuino que ustedes ven cuando tocamos. Nosotros realmente amamos lo que hacemos. Además, no solo es ese entusiasmo, también es la música que transmite mucha energía.  La música no necesita palabras para que muchas personas la entiendan. Hay amistades que inician durante mis conciertos: hombres y mujeres que no se conocían de antes y empiezan a bailar juntos, intercambian números de teléfono, direcciones de correo electrónico y se visitan cuando los conciertos terminan. Eso da una maravillosa sensación de gratitud.
 
  • Es su primera vez en Colombia. ¿Qué expectativas tiene? ¿Está emocionado?
Por supuesto, tengo muchas ganas de estar en concierto. Aparentemente nuestra música es muy popular en países de Suramérica. Hemos tenido conciertos deliciosos en Argentina, Chile, Brasil y Perú, y ahora tenemos cuatro shows en Colombia. He escuchado cosas grandiosas sobre el país y, sinceramente, espero que todas esas cosas estén bien y vivamos un momento muy agradable. ¡Nos vemos muy pronto!
 
 

 

*Publicado en la edición impresa de septiembre de 2019.