Tomada de YouTube
23 de Noviembre de 2017
Por:
Redacción Credencial

La nueva canción de Luis Fonsi junto a Demi Lovato, Échame la culpa, se convirtió en la más vista de YouTube con más de 40 millones de visitas este fin de semana. Un colombiano aparece tocando el acordeón en el videoclip. Le contamos de quién se trata.

¿Quién es el colombiano que aparece en el último video de Luis Fonsi?

El colombiano que aparece en el exitoso video es Gregorio Uribe. El músico vive en Nueva York, exactamente en Brooklyn; es colombiano, bogotano; se graduaró del Gimnasio Moderno y estudió en el Berklee College of Music –la mejor y más rimbombante escuela de música del mundo–.

Las primeras canciones que Uribe se aprendió fueron las de Escalona, gracias a la novela protagonizada por Carlos Vives en 1991. Con él se enamoró del vallenato y de las letras cargadas de sentido. Luego vino el amor por Rubén Blades y Juan Luis Guerra. Los tres lo ataron a la música y lo hicieron sentir que ese era el camino.

Le faltaban seis meses para terminar el bachillerato cuando tomó un curso de verano en el Berklee College of Music, en Boston. Presentó una audición para optar por un cupo en  la universidad y se ganó media beca. Pero antes de ponerse serio, quiso vivir una aventura. “Era el momento perfecto”, cuenta. Después vienen las responsabilidades, los amores que atan, tal vez los hijos. Entonces, antes de dejar su continente para siempre, se fue a viajarlo, a disfrutarlo. Con un grupo de amigos, empacó dos pantalones y un morral repleto de instrumentos. Empezaron en Leticia y terminaron en Tierra del Fuego. Visitaron ocho países. Cantaron en calles, buses, parques, bares. Al regresar, se sintió listo para salir.

“Cuando llegué a Boston, el contraste fue muy fuerte. Venía de playas paradisíacas, de paisajes increíbles, de mucha aventura. En Boston me tocó asentarme”. Al graduarse, decidió irse a Nueva York. Si iba a quedarse en Estados Unidos, debía ser para vivir en la gran ciudad, la ciudad de Woody Allen, la ciudad de las 10 mil frases cliché que podrían escribirse ahora para describirla.

Pasaron muchas cosas en los años siguientes. Muchos retos. Gregorio consolidó su Big Band, entendió que nada es un evento en Nueva York, que todos los días pasan tantas cosas que todo se pierde. Trabajó aquí y allá hasta que, al fin, se ganó una residencia en un club de jazz. Estaba ahí, una noche casual, sacando instrumentos, cuadrando la batería, cuando lo vio.

Vio el sombrero negro inconfundible, la silueta larguirucha. Rubén Blades estaba sentado frente a su escenario.

 

–Hola maestro –le dijo.

–Estoy buscando a Gregorio, el líder de la banda –contestó Blades.

 

Gregorio se paralizó momentáneamente. Después corrió a ajustar el repertorio. Nerviosísimo, logró encantarlo y ahí nació la idea de que Blades apareciera en su disco Colombia Universal, lanzado oficialmente en el Lincoln Center, un sueño para cualquier músico.

Luego vino Carlos Vives. Tocaron juntos La tierra del olvido en Colombia, en 2011. Cuando Gregorio agarró el micrófono y vio que se sentía pleno y a gusto, se desahogó: “Qué alivio poder hablar en español”. Tocando con Vives, descubrió que su lugar es Colombia. Aunque no hay planes concretos de volver, hay ganas. Mientras tanto, sigue viviendo en su pequeño apartamento en Brooklyn y disfrutando Nueva York en toda su inmensidad. “Este lugar tiene los pies en la tierra. Personas ‘famosas’ andan por ahí haciendo lo que les gusta, con naturalidad. Quien se queda aquí sabe que se queda más por amor a la música que por ego. Yo sé que hoy puedo estar tocando en una boda mexicana en Queens y mañana en una cena lujosa en el Hotel Plaza. Hoy en el Lincoln Center y mañana en el metro”.

 

Vea aquí el video:

 

 

*Artículo publicado en la edición impresa de mayo de 2016 y modificado para esta nota.