Fotografía | Gustavo Martínez
25 de Julio de 2017
Por:
Redacción Credencial

Cada cierto tiempo el mercado ofrece nuevas alternativas para mantenerse en forma. La más reciente en Colombia es la técnica super slow, que promete un buen estado muscular con sesiones de solo 20 minutos, dos veces a la semana. ¿Cómo es? 

 

Entrenamiento en corbata

Nació hace 30 años, pero a Colombia llegó hace casi tres. Se conoce como método super slow, o ejercicio de fortalecimiento muscular de alta intensidad. Y promete, con solo 20 minutos, dos veces por semana y sin necesidad de usar ropa deportiva, aumentar su masa muscular, mejorar su estado físico y subir su nivel de energía.

El protocolo de entrenamiento surgió tras un estudio realizado en la Universidad de Florida en Estados Unidos, con el que se buscaba ejercitar a personas con osteoporosis y artritis sin riesgo de lesiones. Este ejercicio de baja fuerza y alta intensidad se realiza en unas máquinas de línea médica que hacen que la resistencia se mantenga durante todo el movimiento.

“Estas máquinas se pueden acoplar a las capacidades y necesidades de los clientes. Se pueden aplicar rangos de movimiento”, cuenta María Teresa Auzas, socia e instructora de SuperSlow Zone, en Bogotá.

María Camila Rubio es abogada, y desde hace un año practica este método de ejercicio. Dice que antes no tenía una rutina de entrenamiento y que con el poco tiempo que le demanda esta técnica consiguió aumentar su masa muscular, tal y como se lo había ordenado el médico, y mantenerse en el peso ideal. “En dos meses comencé a ver resultados, y a los seis ya tenía el cuerpo que quería”. 

El abogado Juan Pablo Triana siempre ha sido deportista. Corre, juega fútbol y tenis. Sin embargo, su trabajo muchas veces le impide dedicarles tiempo a sus actividades físicas. Este tipo de entrenamiento es perfecto para él. Su oficina está a cinco minutos del estudio. Antes de ir a almorzar, va al gimnasio, se quita la chaqueta, realiza su rutina y continúa con su jornada.

Y es que no es necesario cambiarse de ropa, ni tampoco ducharse al terminar. El protocolo se realiza en un ambiente con temperatura controlada, lo cual permite que el poco sudor que se produzca, durante los 20 minutos de rutina, se evapore. Muchos ejecutivos se entrenan con corbata, tacones y hasta falda.

 

De todo corazón

María Teresa Auzas afirma que con este protocolo hay trabajo cardiovascular. “Y del mejor, ya que es de intervalos. Médicamente se recomienda obligar al corazón a trabajar imponiéndole retos. Para esto se necesita incrementar el ritmo cardiaco, bajarlo y volver a subirlo”. 

Sin embargo, Juan Pablo Triana considera que este ejercicio es bueno para el fortalecimiento de los músculos, pero no suficiente para su corazón. “El tema del corazón no lo muevo acá. Por supuesto, uno necesita que la oxigenación y capacidad de pulmón y corazón se dinamice con otro ejercicio”. 

Nicolás Barbosa, médico cirujano, especialista en Medicina del Deporte y docente universitario, dice que con este entrenamiento sí hay actividad cardiovascular, pero aclara que no la suficiente: aunque eleva la frecuencia cardiaca, el ejercicio es muy localizado, según la máquina en la que se esté trabajando. “Para obtener desarrollo cardiorrespiratorio es necesario comprometer el mayor número de fibras musculares para que el consumo de oxígeno sea mayor”. Asegura que para este fin es ideal, por ejemplo, correr, nadar y montar bicicleta.

Los usuarios del programa cuentan que se sienten más vitales y enérgicos, y que su rendimiento cuando practican otros deportes ha aumentado. Barbosa considera que esto se debe más a las otras actividades que al entrenamiento super slow. Dice que recomendaría este ejercicio como complemento de otros, aunque reconoce que si el problema es el tiempo, es mucho mejor hacer este protocolo que llevar una vida sedentaria. 

 

¿Cómo funciona?

Antes de iniciar el protocolo, las reglas de SuperSlow Zone indican que debe acudir a una consulta inicial. En esta deberá completar un formulario en el que le preguntarán su estado físico, la regularidad con la que hace ejercicio, si tiene alguna condición médica especial y sus metas.

Luego, una de las instructoras –todas son fisioterapeutas– lo entrevistará para profundizar en sus respuestas. Así se establece el entrenamiento más adecuado, según su condición y sus objetivos.

Toda la información, así como sus progresos y rutinas, será digitalizada, por lo que no importará qué instructor lo atienda. Todos, a través de tabletas, tendrán acceso a sus datos.

Finalizado este proceso, inicia el entrenamiento. Con jeans, vestido o traje de corbata: no hay que cambiarse. Según sus objetivos, su instructor, que no se separará de usted en ningún momento, le indicará cuál será su rutina y las máquinas que utilizará para esta.

Lentamente realizará los ejercicios. El instructor chequeará su postura y velocidad. Contará lentamente hasta 10 para que usted complete el movimiento, y luego nuevamente el mismo número para que lo regrese. Así, poco a poco. De máquina en máquina, terminará la rutina. Al salir no tendrá que bañarse. Estará seco. Aunque durante los ejercicios es posible que le tiemblen los músculos debido a la fuerza al realizarlos, es muy probable que al otro día no tenga ningún dolor. 

 

 

*Publicado en la edición impresa de junio de 2016.