Foto | Archivo Particular
13 de Enero de 2017
Por:
Fernando Gómez Garzón

En coproducción con el Festival de Dos Mundos de Spoleto, Italia, el Cartagena Festival Internacional de Música se estrena en la ópera con Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart. A propósito, ¿con qué piezas conviene a uno estrenarse en el exigente género lírico?
 

¡Figaro, Figaro!

Un mes antes de morir, el periodista Camilo Durán Casas (1954-2012), un intelectual extraviado en el mundo de los negocios que al final de su vida se hizo célebre por sus frases ocurrentes y graciosas, dejó registrado en su cuenta de twitter: "No hay que desanimarse. Yo tuve una época de mi vida en la cual estuve muy cerca de que me gustara la ópera".

El Cartagena Festival Internacional de Música duró once años coqueteándole al género, con un leve escarceo como el de" La cenerentola", de Rossini, en 2014, cuando el tenor mexicano Javier Camarena le arrancó lágrimas al público, antes de medírsele al estreno de una ópera completa y redonda. Se trata de "Las bodas de Fígaro", de Wolfgang Amadeus Mozart y Lorenzo da Ponte, que se estrena en el teatro Adolfo Mejía, de Cartagena, en coproducción con el Festival de Dos Mundos de Spoleto, bajo la dirección musical de Gérard Korsten y la dirección artística de Giorgio Ferrara. "Es una coproducción especial para Cartagena pero que podría presentarse perfectamente en la Scala de Milán", asegura Ferrara.

¿Qué hace una ópera de Mozart en un festival dedicado al estilo francés, que es el tema de 2017? La elección de Las bodas de Figaro, una ópera bufa estrenada en Viena en 1786 pero escrita en italiano para burlar al emperador austriaco José II de Habsburgo, se debe a que está basada en una trilogía francesa del dramaturgo Pierre-Agustin Caron Beaumarchais. Pero quizás es una justificación forzada que da paso a la verdadera razón: "Es una de las piezas más importantes de la historia de la ópera -dice Ferrara-. El texto y la música representaron una revolución en esos años. Es pura matemática, pura geometría".

Para quienes gusten de la ópera, el hecho de que el festival de Cartagena incursione en el género con una coproducción de esas dimensiones es una gratificante sorpresa que hace augurar muchas noches de ópera más en las próximas ediciones. Pero para quienes todavía no han sucumbido a sus encantos, ¿cómo hacer para, como sugiere Camilo Durán, no desanimarse?

La ópera es considerada por los especialistas como el género más completo de las artes escénicas, porque en ella están involucradas todas: música, danza, literatura y canto. No es sino dejarse contagiar para entrar en un mundo del cual es difícil salir. Pero, claro, la ópera no es para todo el mundo. Como en otras disciplinas de la vida, es mejor entrar a ella de ladito, con respeto, por el lugar que es. Dos expertos en el tema, que además no son críticos recalcitrantes, le sugieren tres piezas básicas por dónde empezar si usted está a punto de que le guste la ópera y necesita un empujoncito. 

¿Qué escuchar para que me guste la ópera?

Jaime Andrés Monsalve, director de programación de la Radio Nacional de Colombia.

1. Rigoletto, de Giuseppe Verdi. Porque es un drama en tres actos que contiene todos los tópicos de la ópera: hay melodrama, hay personajes malévolos, hy traición, hay tragedia. Es perfecta para entender de qué se trata una ópera.
2. El barbero de Sevilla, de Giaochino Rossini. Porque es una ópera muy graciosa, con momentos musicales virtuosos muy complejos en medio de la sencillez de la historia.
3. Carmen, de Georges Bizet. Porque todos sus temas son muy reconocibles y fáciles de disfrutar. Es una buena introducción al género.

Juan Carlos Garay, director de Señal Clásica, de la Radio Nacional de Colombia.

1. La serva padrona, de Giovanni Battista Pergolesi. Es una ópera en minuatura, con apenas dos personajes, muy sencilla y muy corta.
2. Dido y Eneas, de Henry Purcell. Básicamente por la música. Es una ópera barroca que reúne lo mejor de ese período.
3. Porgy and Bess, de George Gershwin. Porque incorpora elementos de jazz que la hacen muy agradable.
 
Eso sí, ambos opinan que no vaya empezar por Wagner.