Salt Cathedral está conformada por Juliana Ronderos (voz), Nicolás Losada (Guitarra y efectos) y Tommy Hartman (percusión) y ha sido invitado a Japón entre otros países. (Fotos Mateo Romero, Archivo Particular)
4 de Noviembre de 2014
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A punta de reproducciones en sitios gratuitos, likes y buenos tuits, músicos colombianos independientes se han dado a conocer.
Por Nicolás Cadena Arciniegas

La red sí suena

A Juliana Ronderos, la voz principal de Salt Cathedral, le llegó el gusto por la música cuando tuvo en sus manos algunos discos de Bobby McFerrin que despertaron en su interior algo que ella nunca había sentido. Decidida a aprender sobre jazz, viajó a Boston para estudiar en Berklee –la meca de la música contemporánea–. A su llegada a la universidad, pensó que lo iba a conseguir: había estudiantes becados, otros con oído prodigioso y casos de personas procedentes del Mississippi, que por generaciones habían llevado el jazz en su sangre.  Por fortuna logró que su sueño se convirtiera en Salt Cathedral, una banda independiente que ha logrado, con sonidos originales y mucho pulso, lo que otras desearían: giras por Estados Unidos, dos producciones y el reconocimiento de los medios más exigentes de la escena musical independiente en tan solo 2 años.

Y todo esto no ha sido por cuenta de ganar un contrato con una casa disquera, sus logros han sido por hacerse visibles en redes sociales e internet. Es un ejemplo más de la llamada música independiente, que logra darse a conocer gracias a la tecnología, que ha acercado a músicos y público sin intermediarios.

A punta de vender pizzas y con grabaciones caseras, sonidos únicos y un esfuerzo por hacer de su música algo propio, Juliana y Nicolás Losada, su socio, han producido su música. “Grabamos la mayoría en un estudio que tenemos en casa, algunas cosas las finalizamos acá, esto hace que los precios de producción no suban mucho, pero la mezcla y algunas voces las ‘aterrizamos’ en Bunker Studio, un estudio de grabación ubicado en Brooklyn”, añade Juliana. 

Su trabajo funciona como una empresa autosostenible que, gracias a los medios digitales, blogs, redes sociales y plataformas como Bandcamp y Soundcloud –medios gratuitos de exposición y distribución de música a la que cualquier banda puede acceder y a la vez colgar sus producciones–, no solo ha logrado generar una buena impresión entre quienes saben del tema, sino que, a la vez, conseguir ingresos por medio de conciertos y la venta de sus discos como Oom Velt –su segunda producción–, con lo que financian la impresión y diseño de los vinilos. Según ellos, las pizzas dan para su sustento.

Hace un par de meses esta agrupación logró lo impensable: conseguir 100.000 reproducciones en 10 días, en Bandcamp, cifra que según Álvaro González Villamarín –programador musical y coordinador de Radiónica– significa mucho para una banda independiente, ya que no solo está logrando abrirse camino entre una gran cantidad de producciones, sino que, además, demuestra que comienza a impactar a un público objetivo. Álvaro asegura que para que una agrupación florezca de esta manera debe cumplir con una corta, pero difícil, lista de objetivos que al parecer Salt Cathedral ha logrado: proponer un contenido musical de una altísima calidad, tener parámetros estéticos muy altos, que su sonido sea universal y, finalmente, ser consciente de que su trampolín al éxito está fuertemente ligado al uso de herramientas para su promoción, como Facebook o Twitter, y de plataformas como Soundcloud o Bandcamp.

Facebook y Twitter han generado puentes de comunicación con medios alternativos y un acercamiento con el público que ha logrado que blogs especializados de la escena independiente, como Pitchfork –el más consultado y serio sobre temas de música independiente– ponga a la banda Salt Cathedral en su mira y la catalogue como una de las más promisorias del mercado independiente. Esto también ha desatado una ola de pequeñas reseñas, críticas y colaboraciones por parte de otros sitios, como Consequence of sound, The fader, Dots and dashes y theguardian.com que, a pesar de no tener el mismo peso de Pitchfork en la escena, también han logrado generar el ruido suficiente para que sea conocida internacionalmente. 

“La cultura de descubrir música por medios digitales hoy día es bastante grande. Hemos logrado una buena relación con blogs musicales, y cuando ellos cubren nuestros conciertos eso crea una reacción en cadena y nuestro nombre y música resuenan en más lugares”, dice Juliana.  Sin lugar a dudas, esta agrupación ha tenido el efecto de la “bola de nieve”, hasta el punto de presentarse en Estados Unidos con bandas colombianas como Bomba Estéreo, Monsieur Periné y otras agrupaciones independientes reconocidas como Hundred Waters, Young and Sick, Tinariwen y Freelance Whales, éxito que ha sido el resultado del manejo de los medios y herramientas digitales que ofrecen a nuevos artistas otras opciones mucho más accesibles a las condiciones que impone la industria musical tradicional que, según Jacobo Celnik –periodista especializado en música– ya tiene el andamiaje mediático para dar a conocer a un artista con muchísima facilidad haciéndolo entrar en un mercado de tendencias que, sin lugar a dudas, genera muchas ganancias.

 

Otros artistas de las redes

 

Mateo Lewis

Mateo nació en California, pero ha vivido gran parte de su vida en Colombia. Debido a su característica musical y al uso de herramientas digitales,  a sus 24 años es considerado por la Revista Metrónomo –una revista digital bogotana especializada en música– como uno de los artistas latinos más promisorios de la música independiente.

 

 

 

Balancer

Esta agrupación, está conformada por dos colombianos y un puertorriqueño, actualmente tiene sus trabajos musicales en sitios tan importantes como Deezer, iTunes y Spotify, plataformas de reproducción y venta de producciones que, sin lugar a dudas, dan credibilidad al trabajo musical que estos artistas han realizado.

 

 

 

Numasbala

Es otra de esas bandas independientes que, en cabeza de Fabio Moreno, ha sabido cómo hacerse conocer por internet.  Desde hace 2 años esta propuesta sonora, que incluye ritmos como el jazz, el reggae y el rock, que al ser fusionados dan lo que Numasbala ha considerado llamar ‘Sacudón’. “Las redes sociales son nuestra herramientas de promoción. Internet por lo menos nos deja estar ahí ‘afuera’ de alguna manera, para que gente que no conocemos nos pueda conocer y oír”, afirma Moreno.