Doctor Jonathan Novoa, presidente de Médicos Sin Fronteras para América Latina, durante su trabajo en Sudán del Sur en 2009. Fotografías: archivo particular
2 de Octubre de 2014
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Las cifras de contagios y muertes aumentan en el mundo. Según el Gobierno colombiano, existen pocas probabilidades de que llegue a Colombia, y en caso dado el país está preparado para atenderlo.
Por Ana Catalina Baldrich

Contagio del Ébola: Colombia está lejos, pero no exenta

“Tengo que reconocerlo, hubo momentos en los que no sabía qué decir. No encontraba las palabras, se notaba la angustia en la cara de las personas cuando sabían que iban a ser admitidas en la zona de aislados”, cuenta el doctor Wbeimar Sánchez cuando se le pregunta por sus días en Sierra Leona, de donde regresó a comienzos de septiembre, tras permanecer un mes trabajando como voluntario de la Cruz Roja en la atención del brote de ébola que capta la atención de todo el planeta.
Y no es para menos. Según Jonathan Novoa, presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF) para América Latina, “la situación es alarmante, porque es la epidemia más grande de ébola que ha conocido la historia”. Al cierre de esta edición se habían registrado cerca de 6.000 contagiados y casi 3.000 muertos.
Tal vez por eso, porque la tasa de mortalidad de la enfermedad puede llegar al 90 por ciento, y porque según Novoa “la OMS estima que en tres meses la cifra puede llegar a 20.000 contagiados”, es que un médico antioqueño de 31 años decide acudir al llamado de los organismos internacionales, hacer maletas y ayudar.
“Pertenezco a la Cruz Roja desde hace muchos años, soy voluntario, y he tenido la oportunidad de recibir ciertos entrenamientos y he estado en operaciones, lo que me ha dado la experiencia para poder ser parte de los equipos de respuesta internacional a desastres”, cuenta el doctor Sánchez, quien acudió a la ciudad de Kenema para ayudar a reforzar el sistema de clasificación de pacientes, educar a la comunidad y atender enfermos en la zona de aislamiento.
La Enfermedad por el Virus del Ébola (EVE), que afecta a humanos y primates, es altamente contagiosa, de ahí que la primera medida sea aislar al paciente, incluso cuando solo se sospecha que tiene el virus al presentar sus síntomas: fiebre repentina, debilidad intensa, dolor muscular, dolor de cabeza y garganta, seguido de vómitos, diarrea, erupción cutánea, deterioro de la función renal y hepática, y, en una fase avanzada, hemorragias tanto internas como externas.
El virus, cuya aparición se detectó en la década de los setenta en poblaciones cercanas al río Ébola, de allí su nombre, “produce lo que se llama una fiebre hemorrágica y, al ingresar al cuerpo, se desata una reacción inmunológica muy grande”, explica Novoa, para quien la diferencia fundamental de este brote frente a los que se han presentado antes es que los anteriores se habían registrado en comunidades rurales, mientras que ahora hay casos en ciudades grandes, por lo que la posibilidad de trasmisión aumenta.
“El brote actual empezó en Guinea, en un lugar que está muy cerca de la frontera con Liberia y Sierra Leona, es por eso que se expandió a esos países, ya que hay mucho movimiento de gente. Las medidas de cerrar las fronteras no tienen ningún efecto, porque la gente se mueve por fronteras no legales”, explica Novoa.
El alto flujo de personas entre los países se suma a la cultura y a las costumbres locales, lo que facilita la transmisión de una enfermedad que llega, incluso, a alcanzar a todos los miembros de una familia.
Según un boletín informativo emitido en agosto pasado por la OMS, “se desconoce el origen del virus del ébola, pero las pruebas científicas disponibles apuntan a que los murciélagos frugívoros son sus huéspedes más probables”. Sin embargo, en el mismo documento aclara que: “en el actual brote en África Occidental, la mayoría de los casos humanos se han debido a la transmisión de persona a persona. La infección se produce por contacto directo, a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel, con la sangre u otros líquidos o secreciones corporales de personas infectadas. También puede producirse cuando las soluciones de continuidad de la piel o las membranas mucosas de una persona sana entran en contacto con entornos contaminados por los líquidos infecciosos de un paciente con el virus del ébola, como prendas de vestir o ropa de cama sucias o agujas usadas”.
Al respecto, el presidente de MSF para América Latina señala que “cuando se entra en contacto con el reservorio o con otra persona que está infectada se tiene de 2 a 21 días para desarrollar la enfermedad”. “Se es contagioso cuando se presenta la enfermedad, cuando el paciente está a pocas horas de morir y cuando fallece. Los cadáveres son altamente infecciosos”, agrega.
Sobre esto, el médico Wbeimar Sánchez recuerda el impacto de ver cuando todos los miembros de una familia resultan contagiados: “Viven en condiciones difíciles. Cinco o seis personas viviendo en un cuarto juntos, entonces el contacto es permanente y claro, en ese contexto la transmisión del virus es muy fácil”.
En sus boletines informativos, la OMS deja claro que actualmente no existe ningún tratamiento que cure la enfermedad ni vacuna contra esta, por lo que para el personal médico en la zona, en donde los sistemas de salud son precarios, casi la única opción es ofrecer cuidados paliativos.
“El problema es que en estos países no hay los medios para dar todo el soporte que se necesitaría”, asegura el funcionario de MSF, entidad que recientemente hizo un llamado a la comunidad internacional para atender la emergencia en la que tienen cerca de 2.000 trabajadores desplegados.
Muchas son las organizaciones y los países que han acudido al llamado, enviando personal sanitario, equipos y ayuda, por eso viajó el doctor Sánchez, quien participó en la construcción de un hospital en Kenema, que desde su inauguración se dedica exclusivamente a la atención de pacientes con ébola.
Sin embargo, todavía falta mucho. Según Novoa, el llamado de MSF es para “aumentar el número de centros de aislamiento, establecer laboratorios móviles para que se pueda hacer diagnósticos rápidos, habilitar puentes aéreos para permitir el movimiento de personal especializado”.  “Necesitamos equipos de vigilancia epidemiológica, más equipos para enseñar a la población qué es el ébola y cómo se transmite”.
Por el momento, la enfermedad está presente en Liberia, Sierra Leona, Guinea, Nigeria y República Democrática del Congo, sin embargo, la OMS ya ha entregado a todos los países las directrices para actuar ante sospechas de la presencia del virus y ante los viajeros provenientes de los países afectados.
Por eso, el regreso del doctor Ramírez al país se hizo con el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad, los cuales se sumaron a las precauciones y cuidados que él como profesional tuvo en la zona.
“Cuando uno entra a la zona de aislamiento tiene unas medidas muy estrictas de bioseguridad. Se usan los trajes completos antifluidos, los mismos que se usan en emergencias químicas: con gafas protectoras, mascarilla, doble gorro, tres pares de guantes y botas de caucho”, explica Sánchez, quien agrega que, por seguridad, a esta zona nunca entró solo, ya que se exige el ingreso por equipos conformados máximo por 4 personas, y que sus rondas no podían superar los 45 minutos.
Reconoce que a su regreso su familia y amigos manifestaron su preocupación por el riesgo al que estuvo expuesto, por lo que afirma: “Estuve allá y vi cómo es el tema, soy médico y tengo conciencia acerca de mi accionar allá, sé que aunque estuve expuesto a un riesgo, las medidas de seguridad que tomé me llevan a pensar que es poco probable que haya adquirido la infección”.
Y agrega: “Recibí el acompañamiento del Instituto Nacional de Salud, el Ministerio de Salud y la Cruz Roja Colombiana y hay un protocolo establecido desde mi llegada con una investigación y un seguimiento”.
Esos protocolos son los que dan la tranquilidad de que en el país se está haciendo todo para evitar que el virus ingrese, tal y como lo están haciendo empresas aéreas como Avianca, que informó recientemente que “un grupo de instructores expertos trabaja con el Instituto Nacional de Salud y la Red Nacional de Trasplantes (de Colombia) en actividades de entrenamiento que les facilite el reconocimiento, manejo y alertas de esta enfermedad infecciosa”.

¿Qué pasa con Colombia?

Ante las dudas de que el virus pueda desembarcar en el país, Revista Credencial consultó al viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, Fernando Ruiz Gómez.

¿Qué probabilidades hay de que el ébola llegue a Colombia?
En primer lugar, tenemos lineamientos para la preparación y respuesta ante la eventual introducción de casos de enfermedad por ébola. La acción central inicial consiste en evitar principalmente la entrada de casos. Como ya hay cinco países con casos confirmados y todos están ubicados en África, pues la primera acción consiste en identificar a las personas que vienen de esos países y establecer el riesgo que tienen al entrar. Según la guía, los países se clasifican entre los que tienen el contagio, los de entorno inmediato y los demás países. Colombia está entre los demás países. Tenemos un continente de distancia y un real poco tránsito aéreo con los países que tienen casos. Entonces el continente americano, especialmente países como Colombia, tienen una probabilidad baja de tener un contagio. Sin embargo, eso puede suceder.
¿Qué pasa con el tránsito de pasajeros por vía marítima?
Igual. Todo lo tratamos con sanidad aeroportuaria y sanidad portuaria, en los dos opera lo mismo y la diferencia un poco está en que en el buque el caso seguramente se daría en alta mar y ahí habría una alerta de llegada de una persona enferma, con lo cual actuaría toda la gestión sanitaria.
¿Cuáles son las directrices del Ministerio para tratar a pasajeros que provengan de zonas con contagio o cercanas a los países con casos?
La primera acción es a nivel de consulados de los países con transmisión donde se hace todo el proceso, con un formato especial que se diseñó para la entrega de visados y se identifican los posibles contactos. El cónsul hace un cuestionario en el que interroga a la persona sobre su estado de salud y nos remite esto al Ministerio, al Instituto Nacional de Salud, donde se hace una evaluación del riesgo de esa persona. Para darte un ejemplo, ya tenemos dos personas de las que hemos tenido un análisis y podríamos considerar que hay un riesgo, entonces Colombia, que es un país soberano, puede decidir no expedir la visa. Con esos países tenemos visado, lo que facilita el control e incluso el país tiene la posibilidad de que si una nación tiene transmisión y no se le pide visa, imponerla por razones sanitarias.
En el caso de que se presente alguna sospecha del ingreso del virus al país, ¿cuál es el protocolo para atender al paciente?
Esto sería una alerta de llegada de casos con riesgo de exposición. Si la enfermedad se manifiesta en la aeronave o en la embarcación, se debe notificar de la llegada al país de esta persona, para que se despliegue toda la actividad de evaluación de las condiciones del avión y los contactos. Inclusive hay un protocolo internacional por el cual se deben revisar cuatro filas adelante, cuatro filas atrás y cuatro filas al lado de la persona que supuestamente puede ser un contacto y a esas personas se les hace evaluación completa. Se debe notificar tanto a la entidad de mar o Aerocivil y estas ya tienen un protocolo para notificación inmediata al Instituto Nacional de Salud y hablar con el Ministerio, donde tenemos el comité estratégico y el Centro Nacional de Enlace, que es el que revisa a toda hora las situaciones y alertas epidemiológicas que existen en el país.
¿En qué consiste la evaluación?
Si se sospecha que la persona tiene la enfermedad o está confirmado, debe seguirse una conducta inmediata de aislamiento hospitalario que debe durar 21 días. Por lo que a su llegada se debe ubicar a la persona en un sitio de bioseguridad que ya tenemos en cada aeropuerto internacional y cada puerto, garantizar todas las áreas de desinfección, informar al paciente sobre la condición en la que se encuentra, seleccionar las IPS en las que se puede dar el respectivo aislamiento y tratamiento. Además, se debe activar un protocolo de investigación de campo y evaluación del foco ya que quedan los posibles contactos, a los que se les hace todo el seguimiento epidemiológico; se deberá revisar la toma de muestras para confirmar. Esa muestra se debe enviar al Instituto Nacional de Salud y al Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, de manera que tengamos una confirmación de los dos laboratorios. Durante los 21 días es posible que la persona desarrolle o no la enfermedad, y ese protocolo se debe seguir en los dos casos. Si la persona tiene la enfermedad, puede recuperarse, pero si fallece viene un protocolo del manejo del cadáver, que definen una mínima manipulación y establece que este no puede ser embalsamado y unas condiciones de desinfección e incineración.
¿Qué tan preparado está el sistema nacional de salud para dar asistencia a un paciente con ébola?
Creo que está bien preparado, porque aquí básicamente vamos a tratarlo en instituciones seleccionadas, tenemos algunos de los mejores hospitales de Latinoamérica. Más del 40 por ciento de los mejores hospitales de Latinoamérica están en Colombia y hay un manejo absolutamente profesional e idóneo de todo lo que es enfermedad infecciosa. Hemos seleccionado una lista en condiciones técnicas, hicimos una evaluación y ya tenemos definida esa lista de hospitales que se vuelven centros de remisión en caso de que cualquier paciente llegue.