Lugar de encuentro en el ritual del pueblo nasa. Resguardo indígena de López Adentro, Cauca (2014). Foto Mateo Leguizamón Russi
Julio de 2017
Por :
Yaid Ferley Bolaños Díaz. Indígena nasa y antropólogo egresado de la Universidad Externado de Colombia.

RITUAL MAYOR DEL PUEBLO NASA: SAAKHELU NE’JWE’SX

Los nasa eran conocidos como paeces por los colonizadores y por los investigadores que llegaron a sus territorios en el siglo XX a indagar sobre sus hipogeos y estatuas líticas.

Tierradentro es una gran reserva arqueológica situada en el departamento del Cauca, Colombia, en donde están ubicados los municipios de Inzá y Páez-Belalcázar, región ancestral del asentamiento nasa. Es la segunda comunidad indígena más grande del país, después de los wayuu, asentada en La Guajira. Según datos censales del 2005, suman 186.178 personas que equivalen al 13,4 % de la población nativa colombiana.

Los nasa eran conocidos como paeces por los colonizadores y por los investigadores que llegaron a sus territorios en el siglo XX a indagar sobre sus hipogeos y estatuas líticas. Estos vestigios arqueológicos son valorados por los nasa como la representación viva de los dioses y del carácter simbólico del nacimiento y la muerte. También se les considera oyentes y vigilantes de la vida, y son referentes en la dinámica cultural, política y económica que hoy se despliega en la región. 

Los thê’ walas son las máximas autoridades espirituales del pueblo nasa. Ellos señalan que las estatuas y los grandes monumentos subterráneos construidos en forma de salones circulares y adornados de color negro, blanco y rojo, sobre los cuales sobresalen los rombos concéntricos, las lagartijas, las estrellas y los círculos son los seres espirituales más importantes de esta población. Estos son los símbolos con los cuales se realizan los rituales en sus resguardos indígenas. 

Además, los mandatos ancestrales otorgados por ‘kwe’sx uma txiwe’ (nuestra madre tierra) sirven para el rescate y fortalecimiento de rituales, como: la limpieza espiritual del cuerpo, el refrescamiento espiritual de los bastones de mando, la apagada del fogón, la ofrenda a los muertos, la primera menstruación, el nacimiento y el Saakhelu Ne’jwe’sx, actos en los cuales se busca fortalecer a esta comunidad.

El ritual mayor es el Saakhelu Ne’jwe’sx, una fiesta étnica de gran reconocimiento que se celebra cada año en el departamento del Huila, el municipio de Toribío y los resguardos indígenas de Vitoncó, Togoima y Pitayó en el departamento del Cauca. El fraccionamiento de los cacicazgos, como forma de organización social de los indígenas, hacia el año 1700 llevó a que los rituales fueran invadidos por nuevas prácticas que perduraron hasta finales del siglo XX. 

Sus prácticas ceremoniales empezaron a recuperarse a partir de 1971 cuando se creó el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Cabe recordar que el 6 de junio de 1994 ocurrió una catástrofe natural que obstruyó las iniciativas de recuperación de estos actos sagrados, pero a partir del año siguiente se inició un proceso de reconstrucción étnica y territorial donde los rituales jugaron un papel trascendental.

Por esta razón, desde 1995 se conformaron los movimientos sociales que orientaron las luchas para la recuperación de las tierras y territorios usurpados por los terratenientes. Fue una época en la cual se les otorgó el reconocimiento constitucional a los indígenas, incluidos sus usos y costumbres.

De esta forma, el Saakhelu Ne’jwe’sx retomó su valor simbólico desde el 2000 cuando los cabildos, los representantes de las asociaciones indígenas y el CRIC establecieron el lugar y la fecha del primer encuentro de las comunidades para su celebración. 

El ritual 

Los thê’ walas dicen que el Saakhelu es el ritual de la fertilidad, del agradecimiento y demanda de protección que los nasa hacen a los ksxa’w wala, a la txiwe uma, a los wegia we’sx; al sek, al a’te, al i’k wala, al e’zkwe y sobre todo al knduul. Este último también llamado espíritu del cóndor indica el momento en el cual los pobladores deben realizar los preparativos para celebrar la fiesta del Saakhelu. Por esto, se le debe ofrecer comida, chicha y remedios en el marco del ceremonial. En caso de no atender a su llamado, apartará la Luna, el Sol, las lluvias y todas las semillas quedarán en su poder; su ira será muy fuerte y la calma solo llegará cuando se realice la ceremonia del Saakhelu.

Picada de la carne. Resguardo indígena de López Adentro, Cauca (2014). Foto Mateo Leguizamón Russi

 

 

Antes del 2000 hubo enfermedades y hambruna en todo el territorio nasa. En vista de estos acaecimientos, las autoridades indígenas se vieron en la necesidad de rescatar el Saakhelu, porque entendieron que de continuar así, los problemas se agravarían y los habitantes estarían en peligro de extinción. Desde entonces, con un año de anticipación, los ‘fiesteros’ del ritual deben coordinar las actividades e incluir a los cabildos y a la guardia indígena. 

Para la realización del Saakhelu es necesario tener una casa ancestral, la cual debe ser de paja y de carrizo de maíz. Si los ‘fiesteros’ no cuentan con este espacio, establecerán en compañía de los thê’ walas un lugar amplio para la realización del evento como centro de todas las actividades. Allí se instalarán las piedras para la cocina, las canoas para la chicha, la tarima y el espacio para la picada de la carne. 

Durante el día, la gente se dedica a buscar y cargar paja, carrizo de maíz, maderas y las chontas (palmitos) para la construcción de la casa. Los hombres más idóneos para este tipo de tareas se quedan en el lugar escogido, hacen los planos de la casa y la edifican. En este periodo toman chicha y consumen alimentos tradicionales como el mute, el sancocho y la sopa de maíz, todo esto acompañado de abundantes fríjoles y carne. 

Como parte preparatoria del ritual, los nasa visitan los lugares de pagamento establecidos ancestralmente por los thê’ walas, con el fin de ofrecer y pedir permiso a los seres espirituales para recibir gente de varias partes de la región. De no realizar estas acciones, en el evento mayor aparecerán enfermedades e incluso muertes de los participantes, además de tormentas y torrenciales aguaceros que impedirán el desarrollo normal de los ceremoniales. 

De la misma manera, cuando faltan pocos días para el culto central van en búsqueda de la canoa femenina y masculina para el almacenamiento de la chicha. Esta distinción es determinada por los thê’ walas, quienes se encargan de poner el símbolo de lo femenino (chumbe) y masculino (ruana o bastón) en las partes exteriores de los recipientes, cuyas dimensiones de tres metros de largo, uno de ancho y unos 80 centímetros de profundidad, dejan entrever la exuberancia del festejo. Estas gigantescas canoas tienen 80 o 100 años de haber sido construidas y permanecen protegidas en distintos resguardos de la comunidad.  

En el momento de la celebración, las canoas se levantan con ayuda de palos y sogas, y se trasladan durante uno o dos días al punto central del ritual festivo en medio de danzas, consumo de chicha e interpretación de músicas autóctonas acompañadas por instrumentos de viento, cuerda y percusión. Cuando están ubicadas en el sitio del ritual, se vacían las garrafas de chicha para que se fermente y acompañe todo el acto sacro. El encargado de distribuir la chicha se llama cxatx ûsu. Esta persona llena las canoas en orden de importancia: “la primera es la canoa madre, con el fin de que la chicha alcance para todos los visitantes” y también los distribuye por rangos de familia (abuelas, padres, abuelos, hijas e hijos).

Actos centrales

A partir de este momento se fijan las actividades o se conforman los comités de trabajo. Las mujeres adultas y algunas jovencitas se encargan de la cocina. Los hombres alistan la leña, sacrifican las reses y reservan siempre al mejor ejemplar para el ritual mayor. Mientras esto ocurre, llegan los visitantes, construyen sus cambuches para el descanso y recorren el poblado anfitrión para integrarse en las diferentes actividades que se despliegan en el marco del Saakhelu. 

En ‘chivas’, motocicletas, caballos y a pie llegan nativos y visitantes a celebrar el día más importante del pueblo nasa. El árbol hembra que ha sido identificado y armonizado por los thê’ walas es cortado, todos tienden la mejor carne y distribuyen las semillas alrededor del árbol.

Seguidamente, al son de la música, los participantes caminan hacia las montañas donde se encuentra el árbol escogido para la entrega de los pagamentos. En un inicio se le riega a la planta agua mezclada con hierbas medicinales, bebidas, comida y otros elementos utilizados por la autoridad espiritual. Los hombres y niños le dan machetazos al árbol hasta tumbarlo y los thê’ walas en calidad de agradecimiento soban y empapan el tronco con hígado, sangre de res, remedios, comida, chicha de maíz y de caña. Otra autoridad del grupo armoniza el acto para obtener el permiso y poder trasladar el árbol. En ese momento los cargueros gritan de felicidad y los thê’ walas caminan adelante rociando medicina para evitar accidentes durante el recorrido.

Thê’ wala abre el camino del ritual. Resguardo indígena de López Adentro, Cauca (2014). Foto Mateo Leguizamón Russi

 

 

Cuando llegan al lugar elegido, abren un hoyo de aproximadamente tres metros para clavar el tronco y proceden a sacrificar un novillo. Una persona seleccionada por la autoridad espiritual sube hasta lo alto del tronco para colgar la cabeza del animal en dirección al Sol y después cuelga las costillas y las piernas. Esto lo hacen para que el cóndor se alimente arriba, mientras que el colibrí despoja y desecha las malas energías que trae la hambruna para el pueblo. 

En un hecho simbólico, los thê’ walas conversan con el cóndor y el colibrí, y proceden a clasificar las semillas provenientes de diversos climas. Posteriormente, para que se cumplan las peticiones, ellos elaboran los símbolos de la mujer (luna) y el hombre (sol) para guiar el despertar de las semillas, las cuales deben ser tocadas por los participantes. 

Al mismo tiempo, los niños utilizan un palo llamado atx que sirve para abrir los pequeños huecos donde serán sembradas las semillas. El resto de participantes depositan en sus mochilas variedad de semillas, danzan alrededor del tronco simulando la siembra y, a su vez, los thê’ walas lanzan semillas a la multitud para que durante el año obtengan buenas cosechas. Esta actividad se hace en medio de danzas, entre otras la ul çenx (culebra verde), que en forma de espiral es encabezada por los thê’ walas. 

A medida que unos danzan, otros bajan la carne del tronco y la llevan a unas tablas puestas horizontalmente para proceder con el acto llamado çxiçx pe’kweya (picada de la carne). Al son de la melodía musical del mismo nombre, la gente procede a picar la carne que será cocinada y brindada a todos los participantes. 

Finalmente, se realizan actividades adicionales de agradecimiento al tronco en medio de danzas y de llamados para obtener buenas cosechas, defender el territorio y mantener la soberanía de los pueblos indígenas. Acciones esenciales para generar comunión, solidaridad y reciprocidad entre los nasa y el resto de las poblaciones del país. Cuando todo culmina, los participantes regresan a sus sitios de origen, pero no olvidan que esta fiesta sagrada permite la cohesión espiritual de todo un pueblo.

Músico nasa con su tambora ancestral. Resguardo indígena de López Adentro, Cauca (2014).  Foto Mateo Leguizamón Russi

 

Referencias

1 Ministerio de Cultura de Colombia. Nasa (Páez), la gente del agua. Bogotá: 2010. [online]. [Citado2 junio 2017]. Disponible en: http://www.mincultura.gov.co/areas/poblaciones/noticias/Documents/Caracterización%20del%20pueblo%20Nasa.pdf

2 El hipogeo es el nombre que tenían las galerías subterráneas y los pasajes excavados con funciones funerarias (sepulcros). [online]. [Citado 2 junio 2017]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Hipogeo

3 Ospina, Jair; Galindo, Alejandra y Caicedo, Esteban. Componente social del plan de manejo integral del Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), 2013.

4 Piñacué, Victoriano. Conferencia: Las ruinas de San Agustín y Tierradentro desde la perspectiva de un médico Nasa. Bogotá: Universidad de los Andes, 2017.

5 El terremoto con epicentro en la hacienda El Dublín, en la región de Tierradentro, acabó con la vida de más de 1.100 personas. Los sobrevivientes fueron reubicados en los departamentos del Huila, Valle del Cauca, Caquetá, Tolima y en otros departamentos colombianos.

6 Espíritu mayor.

7 La madre tierra.

8 Espíritu del viento.

9 Espíritu del sol.

10 Espíritu de la luna.

11 Laguna grande del páramo.

12 Espíritu del colibrí.

13 Espíritu del cóndor.

14 Sisco, Manuel. Despertar y uso de la palabra tradicional. Cosmogonía y cosmovisión de la cultura Nasa. Tierradentro: Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Programa de Salud y Educación Bilingüe, 2001. p. 12-13.

15 López, Cristabell. El Saakhelu como parte del proceso de recuperación y fortalecimiento cultural del pueblo indígena Nasa de Tierradentro, Cauca. (tesis de pregrado). Popayán: Universidad del Cauca, 2008.

16 Ibíd., p. 151.

17 Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Ritual Mayor, del Agua y La Semilla Saakhelu. Resguardo Indígena de Paniquita, 2014. [online]. [Citado 28 de mayo de 2017]. Disponible en: https://www.cric-colombia.org/portal/ritual-mayor-del-agua-y-la-semilla-saakhelu/